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Ignacio Villa

El PP se la vuelve a jugar en marzo

Siete años después de su primera victoria electoral, para el Partido Popular la primera semana de marzo vuelve a ser clave para su futuro. Muy lejos queda aquel 3 de marzo en el que José María Aznar conseguía el respaldo suficiente de los españoles para convertirse en presidente del Gobierno. Ahora, en esta recta final de su segunda legislatura consecutiva, el Gobierno del PP se la juega en una semana decisiva para cambiar el rumbo de la opinión pública española. Una semana clave para poner en evidencia, de una vez y sin complejos, las deficiencias de una oposición cuya única forma de abordar la crisis de Irak es a través de la demagogia.

El lunes, aniversario del histórico triunfo electoral, el Partido Popular tiene convocada una Junta Directiva Nacional en la que Aznar deberá explicar cuál es la posición del Ejecutivo en esta crisis, en la que además va a exigir a los suyos unidad y en la que va a intentar animar a muchos dirigentes populares que plantean dudas ante la permanencia en el poder, con unas encuestas en las que se van acortando las distancias. Aznar tendrá que esmerarse este lunes. No será suficiente con pedir fe y confianza. Deberá ofrecer seguridad, consistencia e implicación en un proyecto que no puede acabarse con su retirada.

Si el lunes logra ser convincente, el martes no será problemático. Pero si el lunes se muestra espeso y displicente, el martes el PP podría tener algún disgusto en el Congreso, cuando se voten las iniciativas legislativas previstas para el Pleno. El martes, el PP tiene la obligación de ofrecer una imagen de cohesión arrolladora. Si el centro-derecha da muestras de una pequeña fisura, el PSOE la aprovechará al máximo. El PP deberá tener bien aprendidas las lecciones del pasado y ofrecer una perfecta imagen de entendimiento. Esa va a ser una pieza esencial para saber qué puede pasar en el futuro. Sí el PP está fuerte, el PSOE tendrá que seguir refugiándose en la pancarta. Y al final, con la pancarta no se ganan elecciones, aunque el espectáculo esté asegurado.

Y para cerrar la semana, el miércoles será otro momento clave. El presidente Aznar vuelve a informar en el Congreso sobre Irak. Y deberá, en ese momento, volver a poner toda la carne en el asador, como ya hizo en la última ocasión. Un presidente seguro, sólido y claro nunca debería tener problemas con el líder del PSOE, abonado a la pegatina y escondido en la marabunta de la oposición. Por cierto:¿donde está Rodríguez Zapatero, que lleva días sin aparecer en la primera línea?. En fin, si el miércoles vemos al mejor Aznar, el PP puede estar tranquilo.

En resumen, el Partido Popular tiene una semana muy importante. En ella necesitan concentración, una cierta brillantez y especialmente una respuesta ordenada y clara. Siete años después, la primera semana de marzo vuelve a ser decisiva para el Partido Popular.

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