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Luis Aragonés dijo el pasado 9 de mayo que "Luis si se va no cobra", empleando como es tradicional en él esa repelente tercera persona del singular que sólo utilizan los divos y los petimetres pijos. No ha pasado ni un mes y Luis ya piensa que Luis (es decir, él mismo) debe hacer otra cosa distinta. Por eso las declaraciones de Enrique Cerezo a la agencia pública de noticias Efe no dejan lugar a la duda: con Aragonés resultaría imposible la estabilidad para el Atlético de Madrid. El hecho es que esa inestabilidad personal ha incidido negativamente en la plantilla generando otra inestabilidad, la deportiva, que ha dado con los huesos del equipo fuera de la Copa de la UEFA. Decía además Luis hace ahora justo un mes que "si Luis hubiera pensado sólo en su beneficio habría esperado hasta que le echaran". En veintisiete días ha vuelto a variar la opinión del entrenador rojiblanco, lo que podría llevarnos a deducir que no hay sólo un Luis sino varios, muchos Luises y cada uno con su particular opinión sobre cómo hay que hacer las cosas.

Un Luis le dijo a Lopera que le diera la cuenta porque se retiraba definitivamente del fútbol, y cuando el dueño del Betis liberó al madrileño de su palabra, se dio cuenta de que otro Luis ocupaba un banquillo diferente al verdiblanco. Enrique Cerezo asegura que Luis dijo delante de muchos testigos que su ciclo en el Atlético de Madrid había concluido y yo, sin conocer ni al productor cinematográfico ni al entrenador de fútbol, me quedo con la palabra del primero que al menos es uno e indivisible y no se parte en varios como le sucede al malo de la película "Matrix Reloaded".

Si los Luises, sean estos los que sean, no siguen en el Atlético de Madrid, esa será en cualquier caso una buena noticia para el club. Luis perdió su oportunidad de hacer bien las cosas hace mucho tiempo y ahora ya es imposible creerle una palabra. Ahora bien, cuando Cerezo dice que el problema lo ha generado "sólo él", (en referencia al entrenador) tampoco dice la verdad. ¿A quién se le ocurre ofrecerle un contrato por dos años cobrando la mitad que ahora? Si Cerezo había perdido definitivamente la fe en el proyecto que le ofrecía su entrenador... ¿a santo de qué hipotecar al club para las dos próximas temporadas? Todos estos Luises tienen, para simplificar un poco las cosas, un sólo representante a Dios gracias: Pepe Navarro. Esperemos que den en el clavo y pongan negro sobre blanco lo que constituye un secreto a voces hace mucho tiempo: el Atlético no quiere a Luis. Ni tampoco a los Luises.


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