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Ignacio Villa

Un perdedor nato

Lo siento mucho, pero a nadie le puede sorprender, después del espectáculo que hemos vivido de cerca en la Comunidad de Madrid estos últimos meses, que en el Partido Socialista se reconozca que Simancas tiene todas las cartas del perdedor. Y es que visto lo visto; ni los propios, ni los ajenos perciben que Rafael Simancas pueda tener alguna remota posibilidad de ganar en los próximos comicios madrileños. Simancas, que ha sido incapaz de mostrar una mínima categoría política a la hora de afrontar una crisis provocada por sus propias negligencias, se hunde poco a poco. Todavía no ha comenzado la campaña electoral y ya muestra públicamente todas sus deficiencias, que por cierto no son pocas.

Hasta ahora no era ningún secreto que en los pasillos del Partido Socialista nadie daba un duro por Rafael Simancas en las elecciones del 26 de octubre. Ahora ese comentario de pasillo lo hemos escuchado en público. Ha sido en "La mañana" de la COPE, y no lo ha hecho un cualquiera. El actual Alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch ha puesto voz y matices a lo que era un pensamiento general: "Simancas no se va a comer un colín". Es cierto que hasta ahora Cristina Alberdi o José Bono habían puesto el grito en el cielo a la hora de criticar la forma de llevar la crisis de la Asamblea madrileña, pero las declaraciones de Belloch han ido más allá. El ex-ministro del Interior ha reconocido que la victoria de Simancas es inviable, palabras demasiado contundentes como para que el candidato madrileño se esconda en el anonimato. Una afirmación que además afecta también al secretario general del PSOE por su implicación desde el primer momento con el candidato.

La estrategia de Rafael Simancas en la Comunidad de Madrid no hay por dónde cogerla, con el agravante de que con sus errores en cadena puede arrastrar a la dirección federal del partido. La batalla de la Comunidad de Madrid no va a ser cualquier cosa, no es una contienda electoral aislada e intrascendente. Desde el Partido Socialista dicen que las elecciones madrileñas no son unas primarias para Rodríguez Zapatero, y quizá tengan razón; esas elecciones se pueden convertir en una tumba para el actual secretario general de los socialistas. En estos momentos en que la campaña electoral es inminente, no se puede guardar en el baúl del olvido aquellas semanas de junio y julio cuando Zapatero se "vinculó" política y personalmente con Simancas. Si entonces el líder socialista respaldó al responsable de la FSM, en uno de los capítulos más negros y rastreros de la política española, ahora Zapatero, cuando las urnas castiguen esa actitud, aunque quiera, no se puede quitar de en medio. Es una evidencia general que el 26 de octubre las urnas confirmarán que Simancas es un perdedor nato. Si eso es así, con él se irá Zapatero. Y si no, al tiempo.


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