En enero, tras el artículo de Wired, Howard Dean se convirtió en la referencia política mundial del mundo de las redes. El resumen de los modos y estrategias de campaña era un auténtico manual de network theory aplicada. Un modelo que aunque antecedentes electorales en nuestro país que habían gozado de relevancia internacional hace poco tiempo, daría envidia al más osado ciberpunk europeo.
Pero tras las derrotas en Iowa y New Hampshire, Dean destituyó a Joe Trippi, su jefe de campaña y verdadero arquitecto de la estrategia de red. La prensa española sólo dió la noticia de refilón, explicando que Dean, que según ellos partía de favorito, hacía pagar así a su asesor principal un fracaso que era también un fracaso de Internet.
Sin embargo, esta no era la visión de la prensa norteamericana y poco después nos enteramos en el editorial de Periodista Digital de un enfoque mucho más jugoso: "Dean no gusta al aparato demócrata. Ni siquiera gusta a Clinton. Clinton apuesta por volver a la Casa Blanca como primer primer esposo de la Historia de América", nos asegura Periodista Digital, según quien "Clinton y el aparato se emplearon a fondo. Nadie esperaba a Dean de ganador en Iowa: el sistema de caucuses que rige en ese estado impide que venza un candidato distinto al oficial. Pero los resultados de New Hampshire mostraban más distancia de la esperada... Y Dean claudicó. Rápidamente sustituyó a Trippi por Roy Neel, un tipo del aparato de toda la vida con cuyo nombramiento esperaba apaciguar a los airados barones".
Y el fracaso vino de suyo. El "Supermartes" supuso el holocausto de Dean. Moraleja: Dean "no ha conseguido ganarse a los barones que allí como aquí exigen algo más que guiños. Y ha renunciado al Valle, a la red y a su magia. Ha renunciado a convertirse en el renovador del discurso y la organización demócrata, el pionero de la democracia del siglo XXI. Ahora si que Dean está políticamente muerto. Sin resurrección posible. Merecidamente. Como nos enseñaran Borrell y Yañez (un Neel del socialismo español) no se puede invocar a las bases a un proyecto de renovación para luego caer en la ingenua mezquindad de pretender trocar el capital red en reconocimiento de los barones del partido. Los que se acercan a la red y las nuevas libertades nunca serán uno de los nuestros para el stablishment. Ni aquí ni allí."
Mientras, en España...
Tal vez por eso, el camino seguido por el que fuera popular ministro Manuel Pimentel nos parece mucho más prometedor. Desde luego tras la presentación de la web de Rajoy nos ha quedado claro que está a años luz de PP y PSOE. Pimentel y su red han renunciado a gastar un duro en cartelería electoral o anuncios en prensa y se han concentrado en hacer red y debate, no partido. Su Foro Andaluz se estrenó iniciando un proceso generalizado de primarias internas –que pivotan sobre debates en la red– para elegir candidatos.
Y más allá, prepara una bitácora colectiva para sus candidatos que según fuentes cercanas a la formación se convertiría tras el proceso electoral en un verdadero Slashdot de nuevas ideas e iniciativas de la política española y andaluza protagonizada por el conjunto de socios de la formación. La presentación de esta bitácora tampoco será una presentación al uso: Pimentel y su equipo reunirán en Córdoba a un selecto plantel de conferencistas el próximo día 14.
Todos los hombres del candidato
El programa de las jornadas (en las que la inscripción es gratuita y abierta al público) reúne a nombres bien conocidos de la Internet, la cibercultura, la teoría de redes y el mundo del software libre. Nombres como el joven empresario cordobés Alfredo Romeo, quien fuera fundador de Aesli y coautor del libro "La pastilla roja", el catedrático y teórico de las redes Juan Urrutia, el filósofo y escritor Iñigo Medina o el conocido novelista y compañero nuestro en Ciberpunk y Las Indias, Javier Lorente.
El día 14 de este mes parece pues que el "todo Internet" español estará en Córdoba. Andalucía por un día será el nodo en el que se forman las redes. Pimentel abrirá y cerrará las jornadas y no faltará el debate. ¿A quién más encontraremos allí?. Seguro que no faltan sorpresas.
David de Ugarte, Sociedad de las Indias Electrónicas