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EDITORIAL

La marginación de España en política antiterrorista

La exclusión de España del último acuerdo firmado por cinco países miembros de la UE para potenciar la lucha contra el terrorismo y la inmigración clandestina ha generado la lógica estupefacción en la Asociación de Víctimas del Terrorismo y una intensa crítica por parte del PP. No es para menos. Es la primera vez que España no se encuentra presente en un mecanismo europeo dedicado a los dos principales focos de su preocupación en materia de Interior. Hasta ahora, no sólo se había contado con España, sino que nuestro país era tradicionalmente el principal impulsor de políticas comunitarias en materia de lucha contra el terrorismo, algunas tan importantes como la “euroorden”, que empezó entonces a promover el entonces ministro del Interior Jaime Mayor Oreja.
 
También fue el Gobierno del PP —como ha recordado el ex ministro del Interior Ángel Acebes- el que abrió la puerta a acuerdos multilaterales más reducidos y con vocación de vanguardia como lo acredita la reunión formal celebrada en Jerez el 19 de mayo de 2003.
 
Téngase en cuenta, además, que la iniciativa que tratan de sacar adelante Alemania, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Austria —y al que, aun con “reservas constitucionales”, también espera adherirse Francia— contempla aspectos tan fundamentales para aumentar la eficacia policial como el establecimiento de fórmulas para intercambiar las muestras de ADN de criminales no identificados, acelerar el acceso a los ficheros nacionales de huellas dactilares en menos de 24 horas o el intercambio intensivo y puntual de información, incluyendo los archivos de datos personales, para la protección de acontecimientos extraordinarios como las cumbres europeas o eventos deportivos.
 
En varias ocasiones ya hemos recordado que las primeras y más entusiastas reacciones internacionales por el vuelco electoral provocado por el 11-M procedieron de dirigentes de organizaciones terroristas islámicas o de dirigentes con tan pocas credenciales democráticas como Hugo Chávez o Fidel Castro. Sin embargo, esperábamos que Zapatero tratara de contrarrestar este indigno baldón que conlleva su victoria y nuestra retirada de Irak con una máxima disposición a colaborar en el seno de la UE en materia policial. Más aun si es con países que, como la mayoría de los que se han adherido a este acuerdo, no tienen tropas destacadas en Irak. Sabemos que sus socios de ERC o de IU no le van a reprochar al Ejecutivo de Zapatero su escaso interés porque España siga teniéndosela en cuenta por quienes quieren potenciar la política antiterrorista dentro de la UE. Sin embargo, y como ha pedido con oportuna rapidez Rajoy, Zapatero debe dar explicaciones al parlamento.
 
“Si esto es lo que significa volver a Europa, es un fraude y una falsedad; yo no quiero volver a Europa para ser excluido de la lucha antiterrorista, que va a ser el principal reto de la UE en los próximos años", ha dicho Mayor Oreja. Pues eso.

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