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Primera indignación: ¿Por qué no se meten los puntitos de la FIFA donde les quepa? Resulta que la Eurocopa acabó el 4 de julio y a nosotros nos echaron a la calle el 20 de junio, pero hoy, siete de julio y San Fermín para más señas, Blatter nos pega el "chupinazo" de sacar la clasificación mensual de selecciones de la FIFA, que maldita la falta que nos hace saber dónde está Turquía o cómo quedó Grecia en la tablita cuando acaba de jugarse un campeonato de Europa. ¿Quién nos pone la pierna encima para que no levantemos cabeza?...
 
Nosotros estamos aquí, lamiéndonos nuestras heridas sin meternos con nadie, y los "fifos" tienen la indecencia de decir que somos los terceros del mundo a los puntos... ¿A los puntos de qué?... ¡Será a los puntos de sutura!... ¿Es que sólo piensan hacerles el control "antidóping" a los ciclistas del Tour de Francia?... ¡Que manden rápidamente un par de "vampiros" al domicilio del "fifo" que ha "cocinado" esa clasificación y ya verán como la eritropoyetina de marras es un juego de niños comparada con lo que debe tener ese tío escondido en su mesilla de noche!
 
Segunda indignación: ¿Existe una especie de "orden futbolístico superior" en función del cual todos los jugadores acaben fichando por el club que idolatraban cuando eran unos niños?... No sé ustedes, pero yo no le oí nunca a Deco decir cuando jugaba en el Oporto que él con lo que soñaba realmente era con fichar algún día por el Fútbol Club Barcelona... Pues ahora lo dice. ¿Saben lo que me gustaría a mí?... A mí me gustaría, por ejemplo, que en la presentación de Walter Samuel por el Real Madrid, "il muro" hubiera gritado un "¡Amunt Valencia!", o que Rafa Benítez empezara su primera rueda de prensa como entrenador del Liverpool con un sonoro "¡Hala Madrid!"...
 
Tercera indignación: En "El Tirachinas" del martes desvelamos a los oyentes de la Cadena Cope que la Junta Gestora y los interventores de los tres candidatos a la presidencia del Real Madrid habían comprobado la primera saca de votos "por correo". He calculado que, si el ritmo de verificación sigue siendo el mismo, podrían acabar de contarlos todos allá por el viernes 3 de septiembre (44 días desde el 11 de julio). Eso, naturalmente, si impidiéramos que los gestores e interventores comieran, durmieran y se dieran un bañito de vez en cuando para evitar los efluvios corporales. Esto puede acabar como las otras elecciones a la "casa blanca", sólo hace falta saber quién es Bush junior.
 

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