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Ignacio Villa

No es miedo, es pavor

En Moncloa ya no tienen miedo, es pavor lo que sienten ante el 20 de febrero. Los españoles no son tontos y saben de sobra que Zapatero tardará minutos para colocarse la medalla del triunfo en caso de que gane el

No es fácil recordar un Gobierno en la reciente democracia de España que se haya deteriorado tanto en tan poco tiempo. Este Ejecutivo parece decidido a conseguir lo antes posible otro "preciado trofeo": quemar etapas políticas a velocidad de vértigo.
 
El Gobierno Zapatero tiene el próximo 20 de febrero su primer gran examen político. Nos estamos refiriendo al referéndum sobre la Constitución europea. Zapatero quiso en su momento ser mejor que nadie y decidió que España fuera el primer país que ratificara la Constitución europea. Al final sus ganas pueden terminar en un disgusto. Y es que un presidente del Gobierno no puede ir por la vida con discursos cursis y palabras vacías. Gobernar es estrategia, es gestión pero por encima de todo son los principios; y en esta legislatura por el momento esos principios no aparecen por ninguna parte.
 
Encima, ahora que se ven con el agua al cuello pretenden pasar la responsabilidad al Partido Popular, aunque esta vez no cuela. Es verdad que José María Aznar cuando era presidente del Gobierno se comprometió llevar a referéndum la futura Constitución europea, pero entonces el texto se estaba negociando, España todavía no era un ejemplo de renuncias, nuestro país pertenecía al "núcleo duro" y el propio Aznar era un insobornable defensor de los intereses españoles.
 
En poco más de ocho meses las cosas han cambiado estrepitosamente. Zapatero se ha colocado en el vagón de cola europeo, ha enfadado a los que deberían ser socios naturales de España, renunció a Madrid como sede de la firma de la Constitución y ahora, ante el peligro de que el Referéndum sea un fracaso, dice que la culpa es del PP y que la derrota sería para Europa.
 
En Moncloa ya no tienen miedo, es pavor lo que sienten ante el 20 de febrero. Los españoles no son tontos y saben de sobra que Zapatero tardará minutos para colocarse la medalla del triunfo en caso de que gane el "sí" en las urnas. Y los ciudadanos ante el uso torticero de su voto pueden dar una lección al Gobierno.

Zapatero, una vez más, pendiente de su imagen y de sus golpes de efecto se ha equivocado. Pensó en su momento que el Referéndum podría ser su refrendo particular un año después de las elecciones, pero el "tortazo" puede ser mayúsculo. Tan grande como para hacer tambalear incluso al Gobierno; por más que insistan en que la culpa de todo es del PP y de José María Aznar, lo cierto es que tienen miedo, y un político con miedo es algo muy peligroso. Como para salir corriendo.

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