Menú
Fundación Heritage

No vale nada

Desde los años 60, con algunas excepciones, en la pregunta sobre el bien y el mal, la Izquierda ha sido o bien neutral o activamente ha apoyado el mal

Dennis Prager

“Alguien que no sepa la diferencia entre el bien y el mal no vale nada”.
Miecyslaw Kasprzyk, rescatador de judíos durante el Holocausto
(New York Times, 30 de Enero de 2005)
 
Fue un rescatador polaco al que se citó esta semana 60 años después de la liberación de los campos de concentración y muerte de Auschwitz, para describir magníficamente a esa gente que no podía o no quería saber la diferencia entre el bien y el mal. No valen nada.
 
Desde mi adolescencia, siempre me ha preocupado el mal: específicamente por qué la gente hace el mal y por qué otros se niegan a admitir su existencia. Con el paso de los años, he descubierto que el segundo grupo me enfurece mucho más. De alguna manera, aunque no quiera, puedo entender por qué un musulmán criado en un mundo lleno de mentiras odiosas sobre Estados Unidos e Israel y enseñado desde la infancia a que Dios ama la muerte, termine como terrorista suicida y alegremente mutile y mate niños. Al haber sido educado en ese mundo islámico, aun siendo un malvado terrorista, su comportamiento tiene alguna explicación.
 
Pero los no musulmanes que fallan al admitir y arrostrar el mal del terror musulmán y la maldad de esos monstruos que degüellan y matan a aquellos que tratan de crear una democracia, esa gente verdaderamente no vale nada. A diferencia de los musulmanes educados en una sociedad religiosa totalitaria, ellos no tienen excusa. En mi experiencia, esa gente se ha concentrado especialmente en la izquierda política.
 
Desde los años 60, con algunas excepciones, en la pregunta sobre el bien y el mal, la Izquierda ha sido o bien neutral o activamente ha apoyado el mal. La Izquierda nunca pudo identificar el comunismo como un mal; ha sido neutral o ha actuado apoyando a los antidemócratas, proterroristas palestinos contra la democracia liberal llamada Israel; ha visto como imposible apoyar la guerra por la democracia y contra un enemigo árabe-musulmán en Irak tan malvado como cualquier fascista que la Izquierda haya afirmado odiar.
 
Había argumentos intelectual y moralmente honestos contra la guerra de Irak. Pero una vez que empezó la guerra, ninguna persona moral podría haberse opuesto. Ninguna persona decente podría desear o actuar a favor de una victoria de los fascistas árabes islámicos. Sólo hágase estas 2 preguntas: Si Estados Unidos gana, ¿habrá un aumento o un descenso del bien en Irak y en el mundo? Y ahora pregúntese ¿qué pasaría si los Al Qaeda-Zarqaui-Baazistas ganasen?
 
No me da ningún placer describir a los que estuvieron en contra de la guerra de Irak como gente que “no vale nada”. Conozco gente buena y decente que se opuso a la guerra. Así es que sinceramente siento el insulto. Pero a la Izquierda en general, tan distinta a esa gente buena que casualmente comparten su oposición a la guerra, a esa Izquierda no le debo ninguna disculpa. Es esa Izquierda en Estados Unidos, en Europa y alrededor del mundo la que debería pedir todos los perdones del mundo: a los hombres, mujeres y niños de Irak y en otros sitios por no venir a ayudarles contra aquellos que los aplastaban.
 
El que la mayoría de líderes del Partido Demócrata, sindicalistas, líderes del movimiento gay, feministas, profesorado, editorialistas y periodistas hayan pedido la retirada de las tropas americanas después de haber tachado esta guerra tan moral como “inmoral” es una mancha permanente en su buen nombre.
 
Casi el 60% del pueblo iraquí fue a votar a pesar de que cada votante iraquí arriesgaba su vida y la de sus niños, a los que los islamofascistas amenazaban con degollar. Sin embargo, la Izquierda sigue tachando la guerra por la democracia iraquí de “inmoral” mientras alaban al tirano de Cuba.
 
Los izquierdistas lo hacen por la misma razón por la que admiraban a Ho Chi Min y Mao Tse-tung mientras condenaban las armas americanas como la mayor amenaza para la paz mundial durante y después de la Guerra Fría. La Izquierda “no sabe la diferencia entre el bien y el mal”. Y por eso es que no valen nada.
 
©2005 Creators Syndicate, Inc.
©2005 Traducción por Miryam Lindberg
 
 
Dennis Prager es uno de los periodistas y comentarista radiofónicos más respetados de Estados Unidos, su programa se transmite desde Los Ángeles diariamente desde 1982. Sus artículos aparecen en grandes publicaciones americanas como Wall Street Journal, Los Angeles Times, Townhall y el Weekly Standard.
 
Libertad Digital agradece a Dennis Prager y a la Fundación Heritage el permiso para publicar este artículo.

En Internacional

    0
    comentarios