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EDITORIAL

Prisa y la siniestra verdad del “Dime con quien anda ZP”

Las esclarecedoras incontinencias de los miembros del “club de Perpiñán”, no hacen, por el contrario, sino desgastar en las encuestas a un PSOE, que lo consiente y apuesta todo a una tregua con la ETA

Tanto el secretario de Comunicación del PSOE, Fernando Moraleda, como el diario El País acaban de hacer un ejercicio de propaganda tan patético como es tratar de desvincular ante la opinión pública a Zapatero de quienes, como los separatistas catalanes, son –por voluntad del propio Zapatero, del PSOE y de Prisa– sus principales socios políticos desde antes, incluso, del 14-M.
 
Es evidente que la abierta disposición de ZP de negociar con ETA está quedando muy mal parada por el empeño de la organización terrorista de no ocultar ni renunciar a los objetivos separatistas, en pro de los cuales estaría dispuesta a ampliar la tregua que, hasta ahora, ha concedido en exclusiva para Cataluña. El colmo para Zapatero es que el otro miembro del "Club de Perpiñán", con el que el presidente está liado desde el primer momento, tampoco oculta su verdadera naturaleza anticonstitucional y separatista, como bien muestran los últimos numeritos de Carod Rovira y sus cachorros separatistas.
 
No nos llevemos, pues, a engaño. Si el gobierno del 14-M quisiera, de verdad, abandonar tan repugnante compañía no se limitaría al patético comunicado que ha transmitido su secretario de Estado de Comunicación. Y, desde luego, si el imperio prisaico quisiera, de verdad, ponerle punto y final, la alianza de ZP con el socio de ETA en Perpiñán tendría los días contados.
 
Para Prisa, mucho más prioritario que cuestionar las compañías del Ejecutivo es aislar políticamente al PP y neutralizarlo como alternativa de gobierno. Lo que ocurre es que para poder consumar lo que ya se ha empezado a perpetrar en España se requiere no poca "nocturnidad". Las esclarecedoras incontinencias de los miembros del "club de Perpiñan", por el contrario, no hacen sino desgastar en las encuestas a un PSOE, que lo consiente y apuesta todo a una tregua con la ETA.
 
El deseo de Prisa –al menos, por ahora– , no es tanto que Zapatero abandone sus actuales compañías, como que les exija un esfuerzo por ocultar o disimular como éstas son en realidad. ¿A quién quieren engañar los enterradores políticos de Redondo Terreros rasgándose ahora las vestiduras por hechos menores referentes a una organización política como ERC, por todos conocida?
 
No seremos nosotros quienes quitemos gravedad a los "despectivos comentarios de ERC a la candidatura olímpica de Madrid", ni a su delirante exigencia de que el Gobierno español y el Rey pidan perdón, respectivamente, por "la guerra del Rif" o por "el franquismo". Menos aún, quitaremos hierro al liberticida "encadenamiento de cinco militantes ante la emisora de la Conferencia Episcopal".
 
Pero, ¿por qué no cita El País hechos muchos más elocuentes de hasta qué punto ERC es "un socio peligroso" –título de su editorial– , como son las coincidencias y acuerdos de esta formación con ETA en muchos otros más asuntos? Si de verdad Prisa quiere cuestionar a este "socio peligroso" de Zapatero, ¿por qué no citar su encuentro con ETA en Perpiñán? ¿Por qué no habla de la solidaridad pública y manifiesta de ERC con el entorno etarra ilegalizado en la anterior legislatura? ¿Por qué El País no dice que tanto Carod Rovira como Josu Ternera consideran que el vasco y el catalán son "pueblos oprimidos, ocupados, expoliados y descuartizados por el propio Estado"? ¿Por qué El País no publica a toda página el artículo que el indeseable dirigente de ERC publicó en el diario Avui el 31 de mayo de 1991?
 
En lugar de eso, y de denunciar la nihilista condescendencia de ZP, El País pretende convencernos ahora de que el presidente del Gobierno está hasta la coronilla de sus compañeros de viaje. Pues menos mal que lo está. Por satisfacerles, Zapatero ha admitido a trámite un Estatuto soberanista y hasta ha puesto en duda si el país que gobierna es o no una nación; duda presidencial que también ha calmado de lógica y confesa satisfacción a Otegi y los suyos. Eso, por no hablar de la ruptura del Pacto por las Libertades, del silenciamiento de las víctimas, de la disposición socialista de acabar con el Estatuto de Guernica o de la consentida representación y financiación pública de los proetarras del PCTV.
 
Pocos reparos a las "compañías" puso Prisa del 11 al 14-M, a la hora de hacerle el juego mediático a notorios y confesos enemigos de la política de Aznar –fueran etarras o islamistas– que acaban de asesinar a 200 personas. Para Prisa todo valía –entonces, como ahora– con tal de mantener alejado al PP del Gobierno. Ahora sabemos que, tanto galgos como podencos, quieren sacar el máximo jugo a los resultados electorales del 14-M, en los que tan decisivamente influyeron. Y resulta simplemente patético ver en el PRISOE una preocupación por las compañías con las que Zapatero pretende mantenerse en el poder.

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