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Álvaro Vermoet Hidalgo

Los mitos progres también se globalizan

Que haya restaurantes pakistaníes en Londres es diversidad cultural, pero un solo McDonald’s fuera de América es colonización

El British Council tuvo la amabilidad de seleccionarme para representar a España en la Conferencia de Greenwich que organiza esta institución británica para que jóvenes de casi sesenta países debatan sobre lo que llaman "fenómenos globales", concretamente la "educación multicultural".

Dos visitas dejaron clara la mentalidad británica en la cuestión multicultural: la iglesia de St. Ethelburga’s, reconvertida en un centro por el diálogo, es decir, en un centro de promoción y relaciones públicas del Islam –decorado como tal– y una recepción en el nº 11 de Downing Street, donde nos garantizaron que toda la carne que nos ofrecerían procedía de animales matados por el rito islámico. Recepción que coincidió con la noticia de que la Policía británica había perdido la pista de unos terroristas porque no se atrevió a entrar en una mezquita para detenerlos.

Me di cuenta, ya en la Conferencia, de que el mito del "multiculturalismo" no hace referencia a un mundo relativista donde convivan distintas culturas en recíproca armonía, sino que consiste en la defensa de las identidades de pueblos y culturas del mundo con la única excepción de Occidente, que por algún motivo debe dar cabida en sus instituciones y sociedades a todas las demás culturas y etnias y renunciar a una identidad propia. Es decir, que haya restaurantes pakistaníes en Londres es diversidad cultural, pero un solo McDonald’s fuera de América es colonización. Claro, sería un crimen permitir que todas las personas vivieran en la modernidad occidental si eso acaba con la belleza paisajística de exóticas comunidades humanas congeladas en el tiempo.

En la cuestión de la enseñanza, un mito progre globalizado es el de la participación de los alumnos, es decir, que decidamos en asamblea lo que se nos enseña y cómo se nos enseña, y la versión avanzada de esto que es la llamada enseñanza peer-to-peer, o sea, que los alumnos se enseñen mutualmente, sin intromisiones. Aunque es cierto que tampoco se le dio mucha importancia, porque resulta que lo que aquí llamamos enseñanza, es tan sólo "educación formal", cuya importancia es casi imperceptible al lado de "educación informal", o sea, ir al fútbol o ver la tele.

Para entender mejor tan sofisticado concepto veamos lo que dicen los padres más progres: "los profesores no son los únicos transmisores de conocimientos, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías juegan un papel muy importante en la enseñanza". Esa fue la respuesta de la CEAPA cuando el Gobierno excluyó a Cervantes y a los Reyes Católicos de los temarios estatales. Es decir, que para los Reyes Católicos ya está Internet pero la Educación para la Ciudadanía, que sí apoya esta asociación, corresponde a la escuela.

Para terminar, el último mito progre globalizado: hacen falta ratios de 25 alumnos por aula. Como es algo carísimo e inalcanzable se le puede hacer responsable de todos los problemas de la enseñanza. Aquí muchos hemos estudiado sin ningún problema con 40 niños en clase y ahora resulta que el problema de África es que el ratio de alumnos por clase no permite una "enseñanza activa" en que todos aprendan pasándolo bien y haciendo amigos. Mil millones de dólares les costó aplicarlo en California para luego llegar a la conclusión de que no sirvió de nada. Qué le vamos a hacer, hasta los peores mitos progres se globalizan. Cosas de la libertad.

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