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El amparo de Bermejo a los testaferros de Batasuna

Si Bermejo y Zapatero quisieran, de verdad, extremar ahora "la vigilancia", empezarían por airear –y no ocultar- los informes policiales que denuncian la "total subordinación" del PCTV a Batasuna, así como su reiterada negativa a condenar los atentados

Cuando ETA instrumentalizó en 2005 al PCTV para poder concurrir a las elecciones vascas, tras la ilegalización de Batasuna, no nos sorprendió la bochornosa pasividad del entonces fiscal encargado del asunto, Mariano Fernández Bermejo, muy similar a la del propio Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido.

Ahora bien. La criticable condescendencia del Fiscal General ante aquella maniobra batasuna podría considerarse como una cuestión de indebida obediencia a la voluntad del Gobierno del 14-M de relajar, a cambio de un comunicado de tregua, el estrangulamiento político y financiero que, desde la entrada en vigor de la Ley de Partidos, había estado sometiendo a todo el entramado etarra. Pero en el caso del radical y conflictivo fiscal Fernández Bermejo no era sino una muestra –una más– de cómo trasladaba a su quehacer profesional sus pulsiones ideológicas radicales. Y es que Fernández Bermejo tuvo a gala, desde el primero momento, su radical oposición a la Ley de Partidos, al Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo y a cualquier acuerdo con el Partido Popular, incluido el Pacto por la Justicia.

El ahora ministro de Justicia pretendió ayer lavar la cara del gobierno con su novedosa y "vigilante" observancia a una Ley de Partidos que, hasta hace nada, vituperaba con calificativos muy similares a los que le dedicaban los propios proetarras. Lo que Bermejo acaba de hacer es, en realidad, recurrir a la hipócrita desfachatez, propia del Gobierno al que pertenece, para ratificar su persistente condescendencia a que los proetarras del PCTV sigan pudiendo actuar como testaferros de Batasuna.

Si de verdad Fernández Bermejo y Zapatero quisieran ahora extremar "la vigilancia del cumplimiento de los requisitos legales de toda formación política que pretenda presentarse a las elecciones y que tenga visos de connivencia o sucesión con partidos ilegalizados u organizaciones terroristas", empezarían por airear –y no ocultar– los demoledores informes policiales que acreditan la vinculación del PCTV con Batasuna, como los que, hace unos días, volvían a denunciar su "total subordinación". Eso por no hablar de la condescendencia gubernamental ante la bochornosa negativa pública de todos los dirigentes del PCTV a condenar cualquier atentado de ETA, negativa que han mantenido después del sangriento crimen de Barajas, y que debería constituir un escándalo similar a la reciente excarcelación del sanguinario De Juana.

Por otra parte, ¿qué está haciendo el Gobierno de Zapatero que no sea mirar hacia otra parte, ante la incesante, impune y pública actividad política del propio equipo titular batasuno? ¿Qué están haciendo los socialistas, además de sumarse a las diatribas contra el PP, ante el comunicado que ayer mismo emitía Batasuna contra Rajoy y contra la manifestación que va celebrarse el sábado en Pamplona?

Una cosa es que, ante el despertar ciudadano por la cesión al chantaje en el caso de De Juana, Zapatero haya tenido que renunciar a criticar, tal y como ya hizo, "la rigidez de la ley de partidos", y otra muy distinta que haya renunciado a la manipulación y a la mentira. Esto último es, simplemente, insoslayable para un Gobierno que no ha renunciado a sus pésimas compañías.

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