Hace dos meses, la directora de una institución educativa venezolana me avisó que visitaría México a principios de mayo. Pero la semana pasada recibí una nota suya donde me comunicó que el Gobierno de Hugo Chávez le había negado el permiso de salida. Por esas fechas también le revocaron el permiso de salida del país a la directora de la asociación civil venezolana "Súmate", justo antes de abordar un avión a Chile para participar en la reunión regional del Foro Económico Mundial.
Una de las características de los socialtotalitarismos del siglo pasado fue la persecución de sus críticos y la prohibición de que salieran del país. Tras la caída del muro de Berlín y el colapso de la Unión Soviética parecía que esas políticas totalitarias eran cosa del pasado. En el siglo XXI sólo quedan unos pocos países, como Cuba y Corea del Norte, que controlan oficialmente la movilidad de los ciudadanos por causas políticas.
El anuncio de no renovar la concesión a Radio Caracas Televisión es otro hecho que muestra la franca embestida contra las libertades en Venezuela. Lo más triste es que, al igual que ha pasado con el dictador Fidel Castro, el nuevo "demodictador" cubre su ambición de reinar sin oposición bajo el manto del socialismo, lo que le asegura el silencio y la complicidad de muchos políticos e intelectuales en América Latina y España.
En Venezuela, los altos precios del petróleo permiten al "demodictador" Chávez, quien triunfó en un proceso electoral acusado de fraudulento, no respetar las instituciones democráticas, amenazar, expropiar, reprimir e insultar impunemente a venezolanos y extranjeros que se han atrevido a cuestionar sus actos arbitrarios. Pero sus vecinos democráticos no protestan, ya que parece contar con recursos suficientes para comprar la dignidad de gobiernos y partidos políticos en el extranjero.
Los socialtotalitarismos, como el que instrumenta Chávez en Venezuela, fueron los responsables en el siglo pasado de la miseria y de la falta de libertad sufrida por varias generaciones en la Unión Soviética, Europa del Este, China, situación todavía vigente en Corea del Norte y Cuba.
Es preocupante que en un país con la tradición democrática de Venezuela se violen impunemente los derechos fundamentales de los ciudadanos, en abierta violación de un concepto básico de la verdadera democracia.