Menú
Álvaro Vermoet Hidalgo

La derecha educativa

Si tomamos como referentes de la derecha educativa la libertad de enseñanza, la transparencia, la diversificación de la formación secundaria y la disciplina encontraremos un espectro heterogéneo de personas y organizaciones.

Si para algo ha servido esta legislatura en materia educativa es para reforzar una coalición social liberal-conservadora que exige un cambio de sistema educativo. Una coalición formada por media "comunidad educativa", por intelectuales que vienen denunciando desde su origen la impostura pedagógica (Mercedes Ruiz Paz, Alicia Delibes, Mercedes Rosúa, Federico Jiménez Losantos), por profesores de la escuela pública que exigen disciplina y un sistema más exigente, aunque muchos voten a la izquierda, por quienes resisten al nacionalismo educativo, como Xavier Pericay o Gotzone Mora, por padres católicos, por estudiantes liberales, por el Partido Popular y por medios como Libertad Digital, que dan voz a todos los anteriores.

Esa coalición social tuvo su mayor representación en la manifestación del 12 de noviembre de 2005 en Madrid. Allí había colegios privados, funcionarios de la pública, intelectuales de izquierda y de derecha, políticos, periodistas y padres. También estudiantes, porque gracias a ZP hoy hay toda una generación de jóvenes que se identifican más que nunca con la libertad individual y la Nación española, preocupados por la imposición de un pensamiento único socialista en la educación. Y, en Madrid, es de agradecer que las Nuevas Generaciones se hayan volcado en defender esas ideas educativas, que definió Esperanza Aguirre como "libertad, calidad y equidad", lo que se ha convertido en el lema educativo de la derecha liberal.

En cualquier caso, y con anterioridad a todo esto, la Ley de Calidad elaborada en 2002 por Pilar del Castillo y aprobada por el Gobierno de José María Aznar ya había logrado ser el referente de esos profesores que piden más disciplina y menos innovación pedagógico-burocrática, de los padres que piden exigencia, de quienes reivindican su derecho a una educación en castellano, de esas familias con niños inmigrantes, sordos, ciegos, superdotados o con otras necesidades especiales que han sufrido el fracaso del modelo de integración en las aulas y de todos los que defienden la libertad de enseñanza en España. Pero ha sido la política (anti)educativa de Zapatero la que ha movilizado como nunca esa coalición social; la ha sacado de los despachos a la calle, convirtiendo la oposición a la LOGSE, ahora llamada LOE, y a la Educación para la Ciudadanía en todo un movimiento cívico muy diverso pero con unas ideas fundamentales en común.

Si tomamos como referentes de la derecha educativa la libertad de enseñanza, la transparencia, la diversificación de la formación secundaria y la disciplina encontraremos un espectro heterogéneo de personas y organizaciones. Habrá grandes divergencias: los profesores seguirán rechazando el cheque escolar, los liberales los conciertos y los padres seguirán defendiendo sus asociaciones. Al respecto, viene bien recordar lo que escribió Losantos en 1983, en Diario 16, cuando el PSOE planeaba crear los consejos escolares: "Eso de que los padres participen en la gestión del centro, que la escuela se integre en el entorno social y tres o cuatro vulgaridades progres más, no sólo les parecen estupendas, sino que encima se las creen. En mi corta experiencia pedagógica he llegado a la conclusión contraria. Sólo puede haber dos cosas peores que un alumno malísimo: su papá y su mamá". Es bien actual.

Ahora sólo cabe esperar que esa coalición educativa ayude a llevar al PP a una victoria en 2008 y que la derecha demuestre definitivamente que la educación no es un coto reservado a la autoproclamada superioridad moral de la izquierda y al nacionalismo.

En Sociedad

    0
    comentarios