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EDITORIAL

España es para el PSOE mera cuestión electoral

Defender una nación es defender sus símbolos, y precisamente porque quienes la atacan lo hacen entre otras vías negándose a cumplir la Ley de Banderas resulta prioritario que la bandera española se alce en todos los ayuntamientos.

El PSOE lleva unos meses intentando simular un patriotismo español que está lejos de sentir y representar. Se limita a cuestiones de imagen, como colocar para que se vea la bandera española en las comparecencias de la vicepresidenta tras los consejos de ministros, o emitir anuncios institucionales en los que casi lo único que se oye es un sonoro "Gobierno de España". Pero el movimiento se demuestra andando, y la única manera de demostrar que se ha dejado de considerar a nuestra nación como un concepto discutido y discutible sería deshacer todos los desastres que ha provocado la alianza de Zapatero con los nacionalismos, empezando por el Estatut. Pero aun sin necesidad de llegar a tanto, el PSOE ha tenido este fin de semana una excelente oportunidad de demostrar que de verdad le importa más España que el poder.

Tan ávido como siempre de expulsar al PP de todas las instituciones, el PSOE ha roto la regla no escrita de dejar la presidencia de la FEMP al partido ganador en votos de las elecciones municipales. Pero para ello necesitaba del apoyo de los grupos nacionalistas. ¿Y cómo obtenerlo votando al mismo tiempo a favor del cumplimiento de la Ley de Banderas, que los nacionalistas no sólo incumplen orgullosamente sino que presionan por todos los medios para que en sus predios nadie la cumpla? Lo reconoció el propio alcalde socialista de Vitoria al hablar de "seducir" a los nacionalistas con ese voto en contra de que los ayuntamientos cumplan la ley.

Defender una nación es defender sus símbolos, y precisamente porque quienes la atacan lo hacen entre otras vías negándose a cumplir la Ley de Banderas resulta prioritario que la bandera española se alce en todos los ayuntamientos. Regina Otaola, la alcaldesa de Lizarza, la mujer que toda España ha conocido y admirado por tu negativa a comulgar con las ruedas de molino nacionalista, era precisamente la candidata del PP a presidir la FEMP. En su afán de poder, los socialistas no sólo se han negado a apoyar el cumplimiento de la ley, sino que han denigrado públicamente los riesgos que esta mujer valiente ha asumido por defender la Nación.

Pero luego dirán que quieren a España más que nadie. No se lo crean. Sólo quieren su poltrona.

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