Hace unos días los cuerpos de seguridad han detenido a 20 personas acusadas de pertenecer a la mafia rusa. Dentro de este grupo de presuntos mafiosos, la mayoría es gente de poca monta en el mundo del crimen: mujeres, amantes, secretarias, traductoras, chachas, además de algunos abogados y gestores españoles. El interés de la investigación, supongo, se concentra en las figuras principales entre los detenidos que son tres.
El número uno es Aleksandr Ivánovich Málishev, alias "El Pequeñín", detenido en Frigiliana (Málaga). Es un personaje muy conocido en el submundo mafioso en Rusia. Deportista profesional (lucha libre), nació en 1958 y fue condenado por varios asesinatos en 1977 y 1984. Tras actuar como trilero en uno de los mercados de San Petersburgo, formó su propia banda en los turbulentos años 80, el período conocido como perestroika. Reclutó para sus operaciones a antiguos deportistas con buena preparación física. A principios de los 90 el grupo llamado Malashevskaya, por el apellido de su líder, contaba por lo menos con dos mil matones, divididos en brigadas de 40-50 personas.
Málishev controlaba cinco municipios de la ciudad: grandes empresas –especialmente bancos–, hoteles, restaurantes, mercados, anticuarios, el negocio del juego, prostitución, drogas, etc. Poseía una red comercial propia y hasta una fábrica de revólveres de 5,6 mm para sus killers o asesinos a sueldo. Para cumplir misiones más delicadas como cobrar grandes deudas, extorsionar a importantes empresarios y, sobre todo, liquidar a sus enemigos utilizaba a su guardia personal compuesta por bandidos del Cáucaso, especialmente chechenos.
En 1987 empezó una guerra sin cuartel contra sus principales rivales de la banda Tambovskaya por el control de San Petersburgo. Al mismo tiempo, Málishev intentaba mantener buenas relaciones con la administración local. Por eso financiaba unas fiestas musicales anuales en la antigua Leningrado llamadas "Las noches blancas del rock". A pesar de tener contactos con las autoridades fue detenido en una operación antimafia en octubre de 1992 junto con 18 de sus principales ayudantes. Seguía dirigiendo su organización desde la celda con la ayuda de abogados corruptos. Fue condenado en 1995 a 2,5 años de cárcel por posesión ilegal de armas de fuego. Salió libre inmediatamente después del juicio porque su detención preventiva duró más que la condena. Tuvo que abandonar Rusia, acosado por la banda rival.
Vivió en Chipre. En 1998 recibió de forma irregular la ciudadanía de la república de Estonia. En 2002 fue arrestado en Alemania por petición del Gobierno estonio. Fue extraditado y pasó cierto tiempo en prisión en esta república báltica. Posteriormente se desplazó a España, según algunas fuentes, gracias a su matrimonio con una sudamericana. El año pasado visitó San Petersburgo y fue recibido por sus antiguos colaboradores. Se rumorea que, a pesar de su exilio voluntario, conserva gran influencia en el mundo criminal de su ciudad y suficientes posesiones y capital, lo que le permite vivir en Frigiliana.
A pesar de que la prensa española le llama "ladrón de ley", o miembro de la máxima jerarquía criminal rusa, nunca lo ha sido y pertenece más bien a una categoría despreciada por los capos rusos –los otmorozhenniy (descongelados)– que son quienes no cumplen con las leyes del mundo del crimen y no se someten a los caciques criminales.
El número dos de los detenidos por su importancia es un tal Guennádiy Petrov, nombre prácticamente desconocido en Rusia, ya que vive desde hace 18 años en España. Según algunas fuentes, pasó varios años en las cárceles rusas y tras cumplir sus condenas fue nombrado encargado del depósito de víveres de un motel en las afueras de San Petersburgo, convertido en los años 80 por la mafia Tambovskaya en un prostíbulo para los camioneros finlandeses y sede de reuniones de las bandas locales. Luego pasó a ser uno de los lugartenientes de Málishev. Según datos de un investigador ruso, los hijos de Málishev y Petrov son socios en un negocio en Rusia. No obstante, no se conocen las fuentes de la riqueza de Petrov que le permiten tener un palacete de 20 millones de euros en Mallorca. Existen ciertas sospechas de que es solo guardián de riquezas ajenas. Al parecer, es de procedencia griega, lo que le permitiría vivir en España con un pasaporte de esta nación. Por algo la prensa española le llama Guennadios (griego) en vez de Guennadiy (ruso).
El número tres es Vitaliy Jarsúnovich Izguílov, alias Vitálik Majachkalínskiy o Fiera. Nació en 1959 en Majachkalá, capital de la república autónoma de Daguestán, Cáucaso del Norte. Es "ladrón de ley", o sea, tiene un pasado criminal que concita respeto de otros miembros de la comunidad delictiva. En los años 90 dirigía una de las mafias de las afueras de Moscú, concretamente del pueblo de Vidnoye. Controlaba, cobrando una especie de impuesto revolucionario a los empresarios, el distrito Leninskiy, incluido el aeropuerto Domodédovo. En junio de 2005 fue detenido en España en el marco de la operación Avispa contra la mafia georgiana, pero posteriormente salió de la cárcel. No se conoce el carácter de sus relaciones con los dos primeros, ya que al parecer no tendría nada que ver con ellos.
Entre los detenidos por la policía española figuran también las mujeres de dos "amigos de juventud" de Petrov –Kuzmín y Gavrilénkov–, que actualmente se encuentran en Rusia, aunque tienen residencia en España desde hace 18 años. Entre los arrestados se encuentra asimismo la secretaria de Petrov, Yulia Ermólenko, nacida en 1966, madre de un niño de un año. Su marido es el capitán del yate de Petrov.
En 2007 la policía rusa detuvo en San Petersburgo a 40 presuntos miembros de la mafia Tambóvskaya y a su líder Kumárin, alias Barsukóv. Una fuente competente dijo a este periodista que la policía rusa "no tiene nada contra Málishev, Petrov y sus compinches", o sea, que no les puede acusar de ningún delito. ¿Lo podrá hacer el juez Garzon? ¿O los detenidos en el marco de la operación Troika saldrán a la calle como salieron los de Avispa arrestados en 2005?
Seguiremos informando.