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Michelle Malkin

Por qué lo de "organizador comunitario" es de chiste

Ni se le ocurra pensar en considerar la posibilidad de que El Ungido haya explotado para fines políticos una organización sin ánimo de lucro dedicada presuntamente a los desfavorecidos. Simplemente estaba "organizando" a su "comunidad". Me parto.

Rudy Giuliani hizo que me partiera de la risa durante su discurso en la convención del Partido Republicano. Me tronchaba mientras Giuliani comentaba la gran experiencia de Barack Obama como "organizador comunitario". Me volví a reír cuando la candidata a la vicepresidencia y gobernadora de Alarka, Sarah Palin, saltó: "Supongo que ser alcaldesa de un pueblo es algo así como ser 'organizador comunitario,' salvo que tienes responsabilidades reales".

Al equipo de Obama no le hizo gracia. (Tampoco a los irascibles izquierdistas de la televisión por cable que ahora se han vuelto alérgicos al sarcasmo). No entienden por qué nos mondamos cuando Obama saca a relucir sus credenciales como organizador comunitario. Al parecer, las mofas les quitaron el sueño a sus asesores. En un email enviado al amanecer a los seguidores de Obama, horas después de que Giuliani y Palin hablaran, el responsable de su campaña, David Plouffe, intentaba estimular un falso enojo (y lo que es más importante, las donaciones) clamando contra la grave ofensa cometida contra todos los organizadores comunitarios del mundo entero. Así bramaba Plouffe:

Rudy Giuliani y Sarah Palin ridiculizaron específicamente la experiencia de Barack como organizador comunitario en una zona deprimida de Chicago hace más de dos décadas. Obama trabajó con gente que había perdido el trabajo y quedado desamparada cuando las acereras locales cerraron sus puertas. Aclaremos ahora mismo algo que dijeron: la organización comunitaria es el medio al que recurre la gente normal como respuesta a los políticos distantes y sus políticas fracasadas.

Déjeme aclarar algo. Nadie está ridiculizando a los organizadores de los locales sociales de las iglesias o de los centros cívicos de todo el país que trabajan para mejorar las vidas de sus vecinos. Lo que merece ridículo es la idea de que el breve paso de Obama como agitador para organizaciones partidistas financiadas por el contribuyente cuente como experiencia ejecutiva en la que se pueda confiar. Lo que merece mofa es la "organización comunitaria" que depende de que una comunidad de desheredados y ex presidiarios se ponga a registrar a muertos como votantes, extorsionar a empresas o utilizar la baza racial para intimidar.

Como he informado antes, los días de Obama como organizador incluyeron la formación de los fanáticos ultra-izquierdistas del agravio pertenecientes a ACORN (Asociación de Organizaciones Comunitarias por la Reforma). Este colectivo es conocido por sus tácticas propias de matones, a las que califican de "acciones directas". Los partidarios de Obama han recordado su papel en la preparación de una emboscada contra una reunión de planificación pública relacionada con el proyecto de un vertedero al que se oponían los grupos de presión de las minorías de Chicago.

Con ángeles de la caridad como Obama al mando, ACORN ha ordeñado casi cuatro décadas de subsidios estatales para mantener sucursales que promueven el Estado del bienestar y socavan el libre mercado, mientras algunas de ellas se veían implicadas en la perpetuación de la inmigración ilegal y el fraude electoral. Desde que detallara por última vez las actividades ilícitas de ACORN en una columna de este verano, el grupo ha seguido siendo objeto de investigación por parte de las fuerzas del orden.

La semana pasada, el principal funcionario electoral de Milwaukee anunció planes para abrir una investigación a 37 empleados de ACORN acusados de ofrecer regalos (incluyendo vales prepago de gasolina y vales de restaurantes) por registrar votantes, o falsificar el número del permiso de conducir, el número de la Seguridad Social y demás información en las tarjetas de registro electoral. El mes pasado, un canal de televisión de Nuevo México informó sobre los pederastas, delincuentes drogadictos y convictos por falsificación documental que están en nómina de ACORN. En julio, detectives de Pensilvania solicitaron la ayuda de la ciudadanía para localizar a un fugitivo llamado Luis R. Torres-Serrano, al que se acusa "de presentar a funcionarios electorales del condado más de un centenar de impresos fraudulentos de registro de votantes que estuvo recogiendo en nombre de la Asociación de Organizaciones de la Comunidad por la Reforma". También en julio se descubrió un masivo entramado de malversación de un millón de dólares encabezado por gerentes de ACOR

En febrero, el brazo político de ACORN dio su apoyo a Obama. Desde entonces, ha multiplicado sus esfuerzos por registrar votantes en todo el país. Mientras tanto, completamente ignorado por el estamento tertuliano de referencia y por los cruzados de las elecciones limpias, la campaña de Obama admitía haber ocultado 800.000 dólares en pagos de campaña a ACORN. Estaban contabilizados como pagos a una organización pantalla Citizen Services, Inc. en concepto de "anticipos por trabajos".

Jim Terry, funcionario de la Liga de Derechos del Consumidor, un grupo de supervisión civil que vigila a ACORN, señalaba lo siguiente:

ACORN cuenta con un largo y sórdido historial de empleo de tácticas contables enrevesadas a fin de utilizar ilegalmente dinero público para su propio beneficio político. Ahora parece que ACORN está utilizando el mismo tipo de entramado contable para beneficio político de Obama.

Con un movimiento de varita mágica, Obama enmendaba sus formularios de candidatura para cambiar "anticipos por trabajos" por labores "de movilización de votantes". Eso sí, no se atreva a cuestionar su compromiso con el cumplimiento de las leyes electorales o las fiscales. Y ni se le ocurra pensar en considerar la posibilidad de que El Ungido haya explotado para fines políticos una organización sin ánimo de lucro dedicada presuntamente a los desfavorecidos. Simplemente estaba "organizando" a su "comunidad". Me parto.

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