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Pío Moa

Testimonial

El PP es un partido estafador a la manera de aquellos derechistas de la Restauración que llevaron al sistema a la ruina por su maniobrerismo necio, falto de nervio moral e intelectual.

A la pregunta de Jiménez Losantos de por qué votar al PP y no a AES, Mayor Oreja contestó, inesperadamente en él, que su objetivo en política no era "hacer testimonio" o "estar en algo testimonial", sino en un partido "con voluntad de articular mayorías".

Pero en realidad todos los partidos tienen "voluntad de articular mayorías", como dice con expresión rebuscada; es decir, de ganar la mayoría en lenguaje no politiqués. Y muchos partidos empezaron siendo testimoniales, ya sea el PSOE, el PNV, en otros tiempos la Lliga catalana, el Radical de Lerroux, y tantos más dentro y fuera de España (el PSOE en su etapa actual, no: fue masivamente apoyado desde antes de la Transición por los alemanes, los mejicanos, los franceses, los suecos, la Guardia Civil y los que ustedes quieran). Es cierto en cambio que el PP, en sus versiones anteriores y actual, se benefició de una situación extremadamente favorable: la existencia de una gran masa de opinión que de antemano apoyaba lo que significaba o, mejor dicho, parecía significar esa "gran derecha". Todo lo que tuvieron que hacer sus políticos es aprovechar una corriente que se les venía a las manos.

Pero incluso un partido masivo, y en contra de lo que piensa Mayor, tiene que dar testimonio de unas ideas, y el problema es que el PP carece hoy de cualquier otra idea que no sea desplazar a Rodríguez para ponerse en su lugar, y hacerlo poco a poco, para que no le toque afrontar la crisis. Fuera de eso, el PP es sólo un remedo cutre y descafeinado del PSOE, sigue a Rodríguez, que sí tiene algunas ideas, por nefastas que sean. ¿Qué significan, si no, los estatutos de autonomía a la catalufa y los "hechos nacionales" propugnados por el PP, o su política lingüística en Valencia, Baleares o Galicia, o su práctica asunción del aborto y el matrimonio homosexual, o su persecución, por medio de intrigas y también judicial, a periodistas independientes –los poquísimos independientes que hay en este país–, o su actitud ante el 11-M, o ante la colaboración del Gobierno Rodríguez con el terrorismo, o ante la "muerte de Montesquieu" y santísimas otras acciones y omisiones?

Pues el PP –hoy también Mayor Oreja–, no vive de dar testimonio de unas ideas y valores, no de defender unas posiciones políticas determinadas, sino de engañar a una gran parte de sus votantes mediante sugerencias y movimientos contradictorios para hacerles creer que sigue representando lo que ya antes de Aznar apenas representaba, y después de él ha dejado por completo de representar. En otras palabras, es un partido estafador a la manera de aquellos derechistas de la Restauración que llevaron al sistema a la ruina por su maniobrerismo necio, falto de nervio moral e intelectual.

Antaño Mayor dio testimonio, incluso heroico, frente al terrorismo. Y, aunque no lo crea, sigue dando testimonio: de su evolución a la miseria política. El país vive en plena involución, causada por los dos grandes y cada vez más impresentables partidos. Mayor no resiste, se apunta a la corriente del futurismo, de la economía lo es todo y de la nena angloparlante, como ha sintetizado el estadista que preside el PP.

Comprendo que es muy difícil afrontar una travesía del desierto cuando se dispone de la aparente comodidad de un partido grande y con amplios espacios de poder; pero la historia muestra que muchas veces esa comodidad es la antesala de la ruina, y torres más altas han caído. El problema es que caigan sobre la sociedad española entera.

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