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Fundación DENAES

La jauría humana

"Calentamiento global", "daños colaterales". Hay que decir que los cómplices del terrorismo en su vía parlamentaria no han podido usar metáforas más manidas ni más insultantes.

El comienzo del curso escolar, tras los incidentes de Pozuelo de Alarcón, han adelantado ese tipo de preguntas que suelen realizarse cuando aquel ya toca a su fin y el número de suspensos es síntoma del fracaso educativo. Especialmente la búsqueda de responsables para explicarse que una jauría de adolescentes, hijos de buena familia, manifiesten su brutalidad delante de las cámaras asaltando una comisaría ha sido una de las cuestiones que ha mantenido la atención de los medios durante los últimos días.

Casi nadie, sin embargo, depositó su atención en preguntarse por qué algo que viene sucediendo en localidades del País Vasco un fin de semana sí y otro también puede pasar inadvertido.

Pues en Lequeitio, la madrugada del pasado lunes, coches, contenedores y viviendas fueron arrasados por el fuego de los incendios que provocaron unos doscientos individuos. También frente a una comisaría, y también jóvenes.

Aquí, en cambio, sí tenemos los responsables. Por lo visto esa mañana Lequeitio amaneció con los carteles a favor de ETA sobre sus paredes. Y al mediodía los proetarras tomaron las calles en manifestación que fue disuelta por la policía. Según el alcalde, del Partido Nacionalista Vasco, José María Cazalis Eiguren ha sido la política de "tolerancia cero" emprendida por el Gobierno de López la que ha provocado "el calentamiento global que el país ha sufrido durante el verano". Y sin que autoridad alguna haya reparado en estas vergonzosas declaraciones justificadoras del terrorismo callejero, por si teníamos alguna duda, el portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka –perdón por la grafía–, ha confirmado la explicación de su partido: "Retirar fotos de ETA provoca 'daños colaterales' como los actos vandálicos de Lequeitio".

"Calentamiento global", "daños colaterales". Hay que decir que los cómplices del terrorismo en su vía parlamentaria no han podido usar metáforas más manidas ni más insultantes. Y, por cierto, ni más clarificadoras de cómo percibe quien las usa los actos criminales de los etarras: una consecuencia impersonal, objetiva, no querida por las buenas familias del PNV.

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