El PP se enreda consigo mismo
Lo único que consigue Rajoy es que los ciudadanos lleguen a una conclusión muy sencilla pero letal para él: quien es incapaz de poner orden en su propia casa, no es fiable ni solvente para que un día pueda estar al frente del Gobierno de España.
El pasado sábado el Gobierno de Zapatero aprobó en Consejo de Ministros dos medidas muy polémicas para el conjunto de la ciudadanía: una subida de impuestos que dañará fundamentalmente a las clases medias y un proyecto de ley por el que se instaura de hecho el aborto libre en nuestro país, con el agravante de que las chicas de 16 años no necesitarán el consentimiento paterno para poder abortar.
Mientras esto sucedía en Madrid, el líder de la oposición se daba durante el fin de semana dos baños de multitudes a los que últimamente son tan dados en la calle Génova: uno en la tierra natal de Rajoy, Galicia, y el segundo en la localidad sevillana de Dos Hermanas, feudo tradicional del PSOE desde los tiempos del tándem González-Guerra. Ese gran perdedor de elecciones en Andalucía que es Javier Arenas había preparado con gran mimo el acto para su jefe –aunque él también manda mucho en el actual PP–, consiguiendo reunir a 25.000 personas entre los que se encontraba un niño que tuvo que oír de Rajoy lo de "van a subir hasta el IVA de 'los' chuches", lo que pone de manifiesto, como muy bien resaltaba el pasado martes Federico Jiménez Losantos en su programa de esRadio, que Rajoy no ha comprado nunca ninguna chuche a sus hijos.
Pero, ¡maldades de los medios de comunicación! y según la doctrina popular, ¡maldades de Rubalcaba!, los titulares de los principales periódicos, los informativos de televisión y las tertulias de la radio, no hablaban precisamente de esos actos de masas de Rajoy, sino de la presunta financiación irregular del PP de Valencia a través de la trama Gürtel. El famoso informe policial, los datos que contiene, las conversaciones que se transcriben entre Ricardo Costa, el Bigotes, Correa y demás familia son demoledoras se miren por donde se miren, aunque Rajoy, en una nueva manifestación de esa sorna gallega que cada vez tiene menos gracia cuando se habla de cuestiones serias, dijera eso de que las conversaciones del informe policial son "interpretables".
Es decir, el PP ha sido noticia estos últimos días no por su oposición a las medidas adoptadas por el Gobierno tanto en el terreno económico como en cuestiones tan sensibles para una gran parte de la sociedad y, sobre todo, para el propio electorado popular, como es el aborto. No, ha sido noticia por el follón interno que tienen en la Comunidad Valenciana y, fundamentalmente, por la capacidad que tienen los populares para, en el momento en que el Gobierno de Zapatero adopta dos decisiones que dividen claramente a los españoles, enredarse con sus propios problemas demostrando a la vez una preocupante incapacidad para resolverlos y dar una imagen de ser una alternativa seria y solvente al peor Gobierno que ha tenido España en muchos años.
Una vez más, lo que se ha puesto de manifiesto estos días, con los dimes y diretes de si Cospedal ha pedido la cabeza de Ricardo Costa y de Vicente Rambla y no le han hecho ni caso; de si la conversación entre la secretaria general y Francisco Camps fue tensa; de si este último ha decidido echar un pulso a la dirección de Génova, siendo consciente de que necesitan su feudo valenciano para ganar las próximas elecciones generales, es que Rajoy no sabe mandar. No toma decisiones, no se moja, no ejerce el liderazgo y la autoridad que le confiere su condición de presidente.
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