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La traición de los clérigos

Gracias a Lévi-Strauss descubrimos que Erasmo de Rotterdam resulta equiparable al chamán de cualquier tribu centroafricana, y que Shakespeare no merece superior consideración que los percusionistas jamaicanos de Bob Marley

Argovejo dijo el día 24 de Noviembre de 2009 a las 15:33:

Es un autor sobrevalorado, ni de lejos el mejor antropólogo del siglo XX, como se ha dicho estos días, aunque sí el más famoso y citado (merecería la pena investigar por qué). Le superan otros como Malinowski, Geertz o Víctor Turner.

subumbra dijo el día 6 de Noviembre de 2009 a las 18:24:

En efecto, don José, siempre me pareció un lechuguino flácido empapado en vinagre. Uno de esos judíos enemigos de todo y de todos, para empezar de sí mismos, estilo Marx, Heydrich o Gollanz (salvando las tremendas distancias, naturalmente). Leí muchas cosas suyas en los años setenta y me pareció alguien dominado por el rencor a su cultura y a su civilización. A titulo personal tengo que decir que algunos de los más virulentos izquierdistas que he conocido eran judíos americanos de clase alta o simplemente millonarios. De cualquier manera su artículo es uno de los más brillantes y oportunos que le he leído.

xka dijo el día 5 de Noviembre de 2009 a las 08:52:

Ha muerto con 100 años, que demostración del viejo dicho: mala hierba, nunca muere.

Si hubiera vivido como había predicado, yéndose a los paraisos morales que predicaba, a esos países por cuyas culturas babeaba (total, todo era válido), no hubiera llegado a tan longeva edad. En el fondo, es el síndrome del famosete de Hollywood, dando loas y bravos a gorilas totalitarios, criticando a occidente pero aferrándose al mismo como si del aire que respiran se tratase. Son así, no dan para más.

Arra dijo el día 4 de Noviembre de 2009 a las 23:18:

El mayor riesgo de algunos intelectuales es ir más allá del estudio científico, en este caso en el campo de las ciencias sociales, para pasar a través de sus estudios a impartir moral.

Si hay algo que debería asustar a la humanidad son estos "teólogos" sin Dios que pretenden iluminar y conducir nuestras vidas.

Gran artículo