Se les deberia repetir hasta la saciedad, y pedirles el reconocimiento tacito de los crimenes en todo el mundo protagonizados por el stalinismo.
¡Muy bien!
No tengo nada que añadir.
Se les deberia repetir hasta la saciedad, y pedirles el reconocimiento tacito de los crimenes en todo el mundo protagonizados por el stalinismo.
¡Muy bien!
No tengo nada que añadir.
Pues sí. Ni la república fue un régimen legítimo, sino forzado por las izquierdas de ciudad que tomaron la calle, ni fue clara la legitimidad del Frente Popular en su origen, sino pucherazo. Recuérdese la declaración de intenciones de los que lo amañaron, y expresiones de los periódicos de tales partidos de izquierda. Y si es que les quedaba una pizca de legitimidad la perdieron con la arbitrariedad con que se saltaban la ley en su furor revolucionario. Ellos tiraron los primeros tiros, y las derechas las primeras en enterrar a sus muertos. Y cuando éstas, olvidando su mansedumbre respondieron airadas, pues ya es comprensible y hasta excusable que se excedieran. Casi todos perdieron la cabeza. Lo ha dicho la historia. Vae victis!, Ay de los vencidos. Aunque incorrectos, se les formaron procesos. En las checas no los hubo. El capricho, la manía, el odio llevaron a las víctimas a las cunetas. Auténtico genocidio. Entre los vencidos se castigó a algunos inocentes. Verdad. Incluso cayeron más entre los vencidos, en número, que no en culpabildad. Aquel turbión, borrasca, tormenta de sangre la iniciaron los castigados no los vencedores que respondieron. ¿Se les fue la mano? Quizá. Pero como se dice en casos parecidos: Que no hubieran empezado los otros. Es terrible la furia de los mansos. Ahora bien, si hubiese ganado el frente popular la escabechina hubiera sido más grande. Miren lo que hizo Stalin, que era su mentor.