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Violencia doméstica e incompetencia gubernamental

"Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces": eso dice el refrán, y eso mismo se le podría aplicar a los propagandísticos desvelos del Gobierno de Zapatero por atajar la violencia doméstica frente a su rotundo y clamoroso fracaso en este terreno.

viator dijo el día 1 de Mayo de 2011 a las 19:51:

Con la aparición de esta ley anticonstitucional, los hombres pasamos a ser ciudadanos de segunda. Las abogadas de las mujeres en procesos de divorcio utilizan esta ley para cercenar a los maridos de éstas, sus derechos fundamentales. Las pobres mujeres que mueren la mayoría de las veces ni han denunciado a sus maridos, díganme cuántas mujeres en proceso de divorcio no han utilizado esta ley para conseguir mejores condiciones. Nos arrebatan nuestros hijos, nos arrebatan nuestros bienes, nos envían a la cárcel... Y mientras, las verdaderas maltratadas, siguen muriendo. Qué vergüenza de progresistas de salón que lamen el culo a las feministas que odian a los hombres por el mero hecho de serlo.

konors dijo el día 17 de Febrero de 2011 a las 17:55:

Tampoco se puede olvidar que un criterio -terrible, pero cierto si hemos de creer lo que dicen algunos funcionarios de prisiones- es vaciar las cárceles tanto como se pueda porque así se ahorra dinero en momentos de crisis . Y aunque no hay duda de que así se ahorra, desgraciadamente esta política oportunista no sale gratis.

nw_spain dijo el día 17 de Febrero de 2011 a las 15:55:

La Ley de Fomento de la Violencia Doméstica promovida por la PESOE sigue su curso. Descontando que asesinos, también asesinas, ha habido siempre, con una Ley que demoniza al hombre, metiéndonos a todos en el mismo saco, y castigándonos más por ser hombres, lo único que produce y producirá esa aberrante legislación es más sufrimiento y muerte.

berdonio dijo el día 17 de Febrero de 2011 a las 13:51:

Yo estoy ya un poquito hasta las narices de la violencia doméstica. Como lo estaría de la violencia juvenil, la gitana, la filatélica, o cualquier otra etiqueta que se les ocurra, si estuviera oyendo la misma cantinela casi a diario como excusa para justificar políticas violadoras de derechos fundamentales. Es decir, como pretextos para legitimar la VIOLENCIA DE ESTADO, abuso brutal ante el que cualquier otro palidece. Y es que no hay peor delincuencia que la estatal.

La violencia de Estado es, como digo, la conculcación sistemática de derechos humanos básicos en aras de delirantes políticas colectivas como las que se proponen erradicar determinado tipo de delitos o alcanzar diferentes objetivos de “justicia social”. Contra la delincuencia (sin adjetivos) sólo cabe, por definición, la aplicación escrupulosa de la ley. Si la ley no es suficiente, la ley sobra. Alguno dirá que la LVG es una ley. No lo es. Una normativa discriminatoria y misántropa que no respeta un principio jurídico tan elemental como la presunción de inocencia y pretende inducir comportamientos concretos no pasa de ser un mandato arbitrario, una antiley. Para más inri positivista, es abiertamente anticonstitucional, o sea, ilegal además de ilegítima. La LVG no es ley sino política de criminales, valga la redundancia.

La política, o sea, el criminal inicio de la coacción, lejos de resolver algún problema es la fuente de todos ellos. No puede ser de otro modo ya que se basa en discriminar a alguien para privilegiar a otro. Y a eso lo llaman justicia, y le ponen una etiqueta (social, de género, etc.) que demuestra que es una “justicia” parcial, o sea, una injusticia. La justicia colectiva no existe, porque es categoría que sólo de los individuos se puede predicar y el único camino es la norma neutral y objetiva, la general y abstracta no finalista.

La política es la antítesis de la ley. Es el imperio de la inseguridad jurídica y la arbitrariedad. Por ejemplo, la antiley de VG se inventa el delito de maltrato, figura absurda y deliberadamente indefinida para que campe a sus anchas el despotismo y el abuso. ¿Qué es eso de tratar bien o mal? ¿Por qué cánones o criterios objetivos se rige? Existe el robo, las lesiones o el homicidio, pero ¿en qué consiste específicamente el maltrato como tipificación delictiva o inspiración de políticas? Nadie está obligado a tratar cortésmente a nadie sino sólo a no interferir coactivamente en la vida de otros

La política se basa en imbecilidades como que unos colectivos avasallan a otros. Yo nunca he visto a un colectivo hacer nada, porque las cosas las realizan las personas, los individuos; a menos que se demuestren actuaciones de consuno, organizaciones criminales, si se atribuyen a alguien responsabilidades de otros, si se le estigmatiza por su involuntaria pertenencia a un grupo, se estará cometiendo una flagrante injusticia.

La política se basa en mitos, manipulaciones y falsedades absurdas. Por ejemplo, se puede demostrar que la llamada violencia de género, si existe, es justo en el sentido contrario al que nos dicen. El razonamiento es sencillo y cuesta creer que nadie parezca haberse percatado. Es un hecho estadístico que los hombres somos más violentos en general que las mujeres (no hay más que fijarse en la proporción de hombres y mujeres condenados por homicidios de todo tipo) Digamos que un noventa por ciento de homicidios sin sesgo los cometen hombres. Pero, ¿qué pasa si nos circunscribimos a homicidios intersexuales? Aquí la proporción cambia sorprendentemente y vemos que al menos las mujeres cometen más de la tercera parte de los asesinatos (realidad que por política se tiende a tapar y a ignorar). Es decir, en enfrentamientos con individuos de otro sexo, las mujeres matan relativamente más y los hombres menos. Las víctimas de asesinatos protagonizados por hombres son casi siempre hombres; pero la violencia de las de mujeres se dirige mayoritariamente también contra hombres. En términos relativos, las mujeres ejercen más violencia sobre el sexo contrario que al revés; luego la mal llamada violencia de género es lo inverso que pretenden hacernos creer.


Es un hecho que la política misántropa actual, la violencia de Estado, maltrata y discrimina salvajemente a los hombres comunes (los políticos son una casta que utiliza tales malas artes para distinguirse y ganar tramposamente la partida etológica, su resultado neto siempre es positivo) conduciendo a muchos a la desesperación. La solución es sencilla: aplíquense leyes radicalmente iguales para todos y proscríbanse las políticas perversas. ANIQUÍLESE AL SOCIALISMO. Sólo con eso, el mundo se convertirá de la noche a la mañana en algo mucho más armonioso, bonito y feliz.

Otra cosa. La presentación de la noticia que dio lugar a este editorial es una manipulación. El fulano ese no se libró de la cárcel por hacer cursillos de igualdad sino por el art. 80 y sig. del CP relativos a la suspensión de condena. Tales cursillos son una absurda majadería inconstitucional, pero no libran a nadie de la cárcel.



ulisesga dijo el día 17 de Febrero de 2011 a las 12:14:

Todo lo contrario. Bien parece que el desgobierno actual es bastante competente en la crispación a nivel estatal, la violencia doméstica es una de sus armas, para desequilibrar y desconcertar al personal, para que ganen dinero los psicologos y fomentar los ansioliticos, las depresiones.... es el antiquisimo dicho: "a rio revuelto ganancia de pescadores".

Senex dijo el día 17 de Febrero de 2011 a las 11:41:

Ante el fracaso de las medidas adoptadas para combatir la violencia de género el artículo editorial pone el énfasis en la insuficiencia de los medios policiales preventivos. No me parece que por esa vía se contribuya eficazmente a disminuir la frecuencia de los casos de violencia extrema, que son los que se contabilizan para medir su éxito o su fracaso. Acaso sí lo sea para reprimir otras formas de la violencia de género no contables. Pero eso habría que medirlo, y ya se vería.
Probablemente, los "delirantes estudios" subvencionados por Igualdad, y encargados a elementos afines al PSOE, carecen del rigor adecuado para orientar con acierto las políticas, al efecto, del Gobierno. Sin embargo, es mi parecer que queda mucho por estudiar, haciéndolo bien, y por profesionales acreditados por su capacidad e imparcialidad -también de género-. Algunos rasgos de esta clase de violencia aparecidos en los medios, como su notable mayor frecuencia tanto en las parejas de inmigrantes como en las de hecho, el ocasional y subsiguiente suicidio del uxoricida, y otras formas de maltrato no físico, de las que no se debería excluir como causante al miembro femenino de la pareja, -todo ello considerado en el contexto de las leyes que regulan las relaciones de pareja- me hacen pensarlo así.

gavina dijo el día 17 de Febrero de 2011 a las 11:25:

Mientras no se comprenda que es lo mismo el maltrato a una mujer que el maltrato a un hombre, a un cónyuge o a un hermano, a un anciano, a un niño, a un enfermo o a un sano, y que sigue siendo lo mismo lo cometa quien lo cometa, hombre o mujer, no algo, todo seguirá fallando.

Fausto19 dijo el día 17 de Febrero de 2011 a las 03:07:

¿¿Más medios?? ¿¿Para qué?? Para terminar de acogotar a la población masculina. ¿Por qué la vida de una mujer vale más que la de 20 hombres? ¿Por qué esta sociedad feminizada ve normal que un hombre de 40 años viva en un camping, en un coche o entre cartones? ¿Por qué nadie habla de igualdad en las muertes laborales, casi todas de hombres?

¿Violencia de género? FRAUDE, MENTIRA, ESCUELA DE ODIO Y DESCONFIANZA EN LAS FAMILIAS.

Protejan a quien lo necesite, persigan a los culpables... pero no protejan "a la mujer" que lo necesite ni persigan "al hombre" culpable.