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Pongamos que digo lo que quiero decir

Amo a Cataluña y amo a España. Es tan sencillo como eso. Me expreso en ambas lenguas con la misma fluidez y ambas me gustan. Y me gusta cómo se complementan y cómo se enriquecen.

cuarento dijo el día 1 de Marzo de 2011 a las 19:21:

No creo que un aleman que viviera en la Alemania nazi pueda acusar a un ingles de ese tiempo si éste hiciera un comentario quejándose del antijudaismo existente en la sociedad alemana. Aunque el comentario pusiera como ejemplo al hijo de una familia polaca afincada en Alemania. Un grano no hace granero.

opq5 dijo el día 27 de Febrero de 2011 a las 12:53:

Si te ha picado rasca y procura que tu "piel" sea menos sensible para evitar que los picores, siempre en aumento,no te dejen vivir.

Dejando aparte que ni una flor ni una anécdota hacen verano, lo cierto es y salvo los que en su casa han hablado siempre en castellano, que el castellano de muchos catalano hablantes en términos gramaticales y de sintaxis deja mucho que desear, por cierto y sobre todo en tu tierra de Lleida.

¿Quien no recuerda los discursos en castellano de nuestro dilecto ex-alcade Siurana?. Como para echar a correr y no parar hasta Bujaraloz.

Caminant dijo el día 26 de Febrero de 2011 a las 21:59:

Creo entender perfectamente lo que quiere decir, doña Eva. Y siento el mal rato que haya podido pasar, pero la realidad es la que es aunque nos disguste.
Soy murciano y viví en Barcelona allá por los lejanos 70 y en todo momento se me recordaba que "debía integrarme" y ya sabe usted que significa eso.
Creo que la situación se ha agravado hasta el extremo que los propios catalanes deben estar en un permanente estado de esquizofrenia si me permite la palabra.
Ver el mal y no combatirlo es casi tan malo como hacerlo, aunque le reconozco que no es fácil estar partiéndose la cara a diario.
No es cuestión de una Nación o de una nación dentro de ella(aunque para mí si está claro,pero es una opinión)sino de sentirse más que otros como hacen los nacionalistas pero costeandose de esos mismos a los que desprecian.
No creo que el sr.García de Cortazar quisiera abroncar al niño sino constatar una triste realidad.
Un saludo.

Klingsor dijo el día 26 de Febrero de 2011 a las 20:29:

No se canse Eva, que no nos convence. Vaya usted por esos pueblos y ciudades de Cataluña donde los niños sólo hablan y escuchan catalán... Que no, que no nos convence.

Orwell_M dijo el día 25 de Febrero de 2011 a las 11:40:

Yo te entiendo muy bien... ¡sómos tantos!. Pero hay que irlo diciendo, repitiendo, como en Barrio Sésamo, por muy evidente que parezca, a ver "Soy Español, Soy Catalán, a la vez ", soy muchas más cosas... y ninguna en el fondo. Soy de los que cree que Chacón es menos catalana que el "negre de Banyoles", QEPD. Qué le vamos a hacer!

cobarde dijo el día 25 de Febrero de 2011 a las 09:54:

Con toda cordialidad, jomandoo, yo no puedo hablar por Eva, pero en mi caso lo que lo fastidia todo es empeñarse en hablar de naciones, en cargar ese término demasiado y en contraponer una a otra. La nación española, en el sentido moderno de soberanía popular, nace espontáneamente frente al invasor francés. Si no hay enemigo invasor ni reyes y duques propietarios de nuestro destino, preocupémonos en la medida de lo posible en llevarnos bien y sacar adelante a nuestras familias.

A mí me gusta la Historia más que a nadie, pero no hay que dejarse gobernar por los muertos. No hay comunidad que no haya tenido un momento de máxima expansión y predominio sobre otras, y los nacionalismos se suelen construir sobre esa era supuestamente feliz a la que hay que retornar.

En Hungría, en otras partes de Francia, en la antigua URSS, por supuesto en Cataluña y también ahora en otras partes de España, y seguramente en otros sitios en los que no he estado, sus habitantes consideran que su vino espumoso es el segundo tras el champán, si no tan bueno o mejor que éste. Si no pasa de ahí, hasta es gracioso. Pero si pasamos a boicotear lo que no sea "lo nuestro" y al "que se vayan" a las primeras de cambio, no tiene ninguna gracia.

A todos éstos que tienen tanta prisa porque nos vayamos todos, los malos, los buenos y los cobardes, me gustaría verles por aquí apoyando a los no nacionalistas. Es muy fácil, divertido y reconfortante salir a la calle cuando sabes que vas a estar entre cientos de miles y saldrás por la tele, y en cambio no apetece nada hacerlo cuando sabes que estarás entre pocos, y que te llamarán facha si sales en algún sitio.

jomandoo dijo el día 25 de Febrero de 2011 a las 03:41:

Comprendo su dolor al amar tanto a su nación como a su otra nación, que no son la misma nación, o sí son la misma o una es parte de la otra, una es inferior u otra es superior... qué lio. El hecho es que su corazón dividido a partes iguales pronto se tendrá que inclinar por independizarse y quedarse con una mitad. No sólo son esos que aman mucho a Cataluña los que quieren separarse del resto de España, sino que muchos del resto de la super-nación están deseando de independizarse de la sub-nación o lo que sean cada una. Lo que está claro es que si somos iguales no podemos seguir juntos. Al final los que se separen serán los que menos necesiten o parasiten a los otros. Pero usted todavía tiene la grandeza de la libertad de elegir dónde se sitúa, antes de que sea el todo quien decida que no es igual a la parte. Y está claro que España y Cataluña no son lo mismo, ni somos naciones iguales.

evams dijo el día 24 de Febrero de 2011 a las 20:13:

Pues sí. Se trata de un capítulo muy personal, tal y como advierto al principio de la columna, del mismo modo que aviso de que probablemente a muchos de vosotros no os agrade demasiado.
Pero creo que después de tres años de compartir tantas cosas con vosotros, no iba a reprimir algo que sentí tal y como os lo cuento. Puedo estar equivocada o no, pero así es como lo vi.

Tal y como apunta "cobarde", en Barcelona defendemos todo el día una serie de posiciones y en Madrid tenemos que "rendir cuentas" por otras. Es una sensación algo esquizofrénica.

Y un tema personal, hablando de bodas. Me casé hace un año con un madrileño en Barcelona. Residimos en Madrid. La ceremonia se celebró en castellano, con la excepción de una pieza musical y una pequeña lectura de una amiga, a petición expresa de la novia (una servidora). La mitad de amigos y familiares eran de Madrid, del resto de España y alguno de Escocia. El resto, catalanes. Todos contentos y sin problemas.

Dejando los problemas que ya conocemos relativos a la Administración y a la enseñanza pública, en el resto de espacios y situaciones prima más la educación y el saber estar de cada uno. O así debería ser.

Me temo, de todas maneras, que seguiremos compartiendo más asuntos de este tipo.

Lucero dijo el día 24 de Febrero de 2011 a las 14:55:

Eva, perdona pero creo que te has picado. Tu comentario no es objetivo sino sentimental. (Nos pasa a todos, cuando alguien critica algo de nuestra tierra o cultura. Tendemos a ver desprecio y prepotencia donde generalmente solo hay una actitud defensiva o bienintencionada en el que hace la crítica).

El comentario de García de Cortázar en el Heraldo de Aragón, en ningún momento "descarga ciertas iras" en ese chaval, Francesc Colomer, que todos reconocemos que es enternecedor, muy listo y muy buen actor. García de Cortazar se limita a constatar que el niño no se expresó con corrección en español, lo cual es cierto pues Francesc por dos veces dijo "para" donde debía haber dicho "por". Es posible que fueran los nervios. En cualquier caso, es evidente que la crítica de García de Cortázar no va dirigida contra el niño sino contra la enseñanza del castellano en Cataluña.

Aunque de tus excelentes artículos se deduce, Eva, que a ti no es necesario explicártelo, cualquier ocasión es buena para recordar que "los que criticamos la inmersión lingüística en Cataluña no criticamos a los catalanes sino a unos pocos políticos iluminados, no siempre de origen catalán, que están perjudicando a los propios catalanes y minando la convivencia con el resto de los españoles".

ongietor dijo el día 24 de Febrero de 2011 a las 13:17:

Muy interesante. Pero hay quien ama much´´ísimo su lengua nocastellana, tanto como su castellano español y recibe acusaciones insistentes de odio a la lengua, etc. Lo que mata a las lenguas es la impostura o impostación o imposición oficializante: una buena y sólida lengua española por antonomasia escolar oficial, y un cultivo esmerado de las diversas lenguas o variantes, académico, pero no oficial, sería la salvación. Y yo que el niño ese, probablemente me sentiría confuso de decir toda la película en catalán y dos frasecitas de cara a la galería en español: es de lo más absurdo; si la película la habla en catalán, debió recoger el premio en catalán: lo otro:"y para que veáis que también sé castellano" es un papelón.

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