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Clemente Polo

Doble lenguaje en el PPC

Uno no puede evitar preguntarse por qué no exigió a CDC que, a cambio de la abstención del PPC en la votación de los presupuestos, el gobierno de la Generalitat se comprometiera a acatar las sentencias del TS y garantizar la enseñanza bilingüe.

Acababa mi artículo "El fondo de la chistera" con una referencia al idilio que iniciaron la Sra. Sánchez Camacho y los líderes de Convergencia Democrática de Catalunya (CDC) en vísperas del verano. A buen seguro que el intercambio de sonrisas y palmaditas cariñosas entre la líder del PP catalán (PPC) y los de CDC produjo desconcierto entre quienes quizás habían creído que el PP mostraría mayor firmeza en esta nueva etapa frente a las imposiciones y chantajes de los nacionalistas catalanes. Me pregunto qué cara se les habrá quedado a los votantes del PPC al ver cómo la Sra. Sánchez Camacho pactaba con los nacionalistas recortes presupuestarios mucho más duros que los que los líderes de su partido en Madrid habían denunciado como "el mayor recorte de derechos sociales de la historia de la democracia", y contra los que la propia líder del PPC animaba a los catalanes a manifestarse.

La cara de arrobamiento que emana el rostro de la Sra. Sánchez Camacho mientras se codea con la flor y nata de los nacionalistas catalanes –Mas, Pujol, Homs, etc.– en el Parlament, me recuerda la fascinación que embargaba a la Sra. Díez –ayer miembro de los gobiernos de coalición NACIONAL-socialista en El País Vasco (1991-97), luego furibunda antinacionalista y ahora vocera de UPyD y látigo del PSOE– en la época en que gobernar con los nacionalistas vascos era el no va más en política. Tras tantos años de condena al ostracismo político en Cataluña, la Sra. Sánchez Camacho parece sentirse tan satisfecha en su papel de interlocutora privilegiada de los nacionalistas catalanes que hasta ha olvidado recordarle al Sr. Mas que tiene pendiente una visita al notario. Pero que no se hagan demasiadas ilusiones los populares porque ni el Sr. Mas irá a la notaría, ni el PPC será para CDC otra cosa que un plato que se sirve muy frío y se engulle con la nariz tapada.

Hay que reconocer que la Sra. Sánchez Camacho tuvo un gesto encomiable el pasado junio al sumarse, a título personal, a los catalanes que reclaman el derecho a que sus hijos reciban una educación bilingüe y aspiran a poner fin al sistema totalitario de inmersión lingüística que Franco impuso durante la dictadura, excluyendo el catalán como lengua vehicular en el sistema educativo, y el Sr. Pujol (Jordi) perpetuó tras el advenimiento de la democracia, volviendo el calcetín para excluir al castellano. Pero uno no puede evitar preguntarse por qué no exigió a CDC unas semanas después que, a cambio de la abstención del PPC en la votación de los presupuestos en el Parlament de Cataluña, el gobierno de la Generalitat se comprometiera a acatar las sentencias del Tribunal Supremo y garantizar la enseñanza bilingüe en Cataluña. Tras leer las recientes declaraciones del Sr. Fernández Díaz, cabeza de lista del PP al Congreso por la provincia de Barcelona en las próximas elecciones generales, las dudas sobre la firmeza del PP en esta materia se acrecientan. ¿Se puede votar a un candidato que afirma sin rubor que la inmersión lingüística no será una prioridad porque la política lingüística "la fija el Parlamento de Cataluña, el Gobierno de la Generalitat, y no es una competencia que radique en el Congreso de los Diputados y sobre la que el Gobierno deba tomar alguna decisión"? Quiero creer que esas declaraciones no representan la posición de su partido y espero una rectificación en toda regla del PP antes del 20N.

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