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Percival Manglano

Valls o el PSOE jurásico

El nombramiento de Manuel Valls como primer ministro francés genera un contraste llamativo con el socialismo español.

El nombramiento de Manuel Valls como primer ministro francés genera un contraste llamativo con el socialismo español.

El nombramiento de Manuel Valls como primer ministro francés genera un contraste llamativo con el socialismo español. No es sólo que el mal resultado socialista en las elecciones municipales francesas haya producido dimisiones a las 24 horas, cuando la pérdida de 4 millones de votos en las generales españolas de 2011 precedió el ascenso de Rubalcaba a la secretaría general del PSOE. Es también una cuestión de impulso político y de anquilosamiento ideológico.

El PSOE ha designado a Elena Valenciano candidata a las elecciones europeas "jugándoselo todo". Las europeas deben ser un punto de inflexión en su tendencia a la baja electoral (el PSOE ha caído más de cuatro puntos desde las generales de 2011). Valenciano recibió el encargo de dar un nuevo impulso político al PSOE. Al cabo de unas semanas, es evidente que ha llegado para decir y hacer lo mismo de siempre: denunciar la Europa neoliberal, exigir que paguen más los que más tienen, eliminar las desigualdades, promover la justicia social y, cómo no, recuperar los valores de izquierda. Valenciano evidencia que el PSOE es rehén de sí mismo y de su discurso apolillado. Suena a rancio, a manido, a cien veces repetido pero nunca convencido; es el rugido del dinosaurio escapado de la isla del Parque Jurásico.

Valls, como Valenciano, no ha tenido otra experiencia laboral que la política (aunque parecer ser que él sí terminó sus estudios universitarios). Se afilió al PS francés con 19 años, antes incluso de ser francés (había nacido en Barcelona en 1962 y mantuvo su nacionalidad española hasta que se nacionalizó francés en 1982). Con 24 años obtuvo su primero cargo local. Pese a ello, no es un apparatchik ayuno de ideas propias. Permítanme reproducir a continuación algunas de sus posiciones y experiencias políticas:

  • En 1985 se dio de baja de la Liga de Derechos Humanos francesa al oponerse ésta a la extradición de miembros de ETA a España.

  • En 2002 se opuso a que un supermercado Franprix de Evry -el municipio de la periferia parisina del que fue alcalde entre 2001 y 2012- dejase de vender alcohol y cerdo y sólo vendiese carne halal (aceptable para el islam).

  • En 2003 votó a favor de una enmienda para convertir en delito los ultrajes a la bandera y al himno de Francia.

  • En 2004 defendió votar no en el referéndum sobre la Constitución Europea (el no se acabó imponiendo con el 55% de los votos, pese a que el Partido Socialista defendió el ).

  • En 2007 propuso poner a una explanada de Evry el nombre del papa Juan Pablo II.

  • En Evry se opuso a que los comedores fuesen gratuitos porque "hay que responsabilizar a la gente".

  • En Evry dobló el número de policías municipales bajo el argumento de que "ningún rincón de la ciudad debe quedar en manos de los gamberros".

  • En 2007 admitió públicamente haber pertenecido "hace tiempo" a la logia masónica francesa Grand Orient.

  • En 2007 afirmó que una reforma en profundidad de las universidades francesas debería superar los "estragos del igualitarismo".

  • En 2011 se presentó a las primarias presidenciales socialistas y perdió estrepitosamente al sacar el 5,6% de los votos.

  • En 2011 defendió liquidar la ley de las 35 horas semanales de trabajo y que "se trabaje más".

  • En 2011 abogó por déficit públicos por debajo del 3% e incluso por una eventual obligación legal de déficit cero (para alcanzar este objetivo, eso sí, propuso subir los impuestos; no deja de ser un socialista).

  • En 2013, como ministro del Interior, defendió el desmantelamiento de los campamentos de gitanos rumanos y búlgaros en Francia y su expulsión del país.

Es francamente inimaginable que alguien con estas ideas y recorrido hubiese hecho carrera en el PSOE. Sería un extraño en el paraíso jurásico. En Francia, ha llegado a primer ministro.

PD. Dada la preeminencia de Valls y la también española nueva alcaldesa de París, Anne (Ana) Hidalgo, es previsible que en los mitines del Partido Socialista Francés vayan a ondear más banderas españolas que en los del PSOE.

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