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José Aguilar Jurado

Andalucía: esto es lo que hay

Al final, en Andalucía seguimos como siempre. La maldita Unta va a seguir funcionando como funcionaba, o sea, mal. Muy mal.

El PSOE en Andalucía va a volver a gobernar. Aunque sus resultados no han sido buenos (ha perdido cuatro puntos y 125.000 votos, pese a la mayor participación), mantiene sus 47 escaños. Así que, con apoyos ocasionales (puntuales, que dicen ahora), con pactos externos, con algún aliado de gobierno que le salga… o como sea, va a seguir gobernando. Es más fácil cambiar el curso del Guadalquivir que sacar al PSOE de la Unta. Ni la corrupción, ni la ineficacia, ni los expresidentes imputados, ni las decenas y decenas de altos cargos procesados, ni la enorme cantidad de millones desaparecidos, ni el bajísimo nivel de su candidata, ni el despilfarro, ni la deuda, ni el récord de paro, ni la catástrofe educativa, ni la desindustrialización, ni nada de nada. El PSOE vuelve a ganar. Es lo que hay, lo que ha habido, lo que hubo y lo que habrá durante cuatro años más. Para analizar lo del PSOE andaluz hay que dejar de lado la politología y entrar en el terreno de la geología.

Por supuesto, para este –digamos– éxito, Susana Díaz ha tenido que contar con la valiosísima ayuda de su rival Moreno Bonilla y de su jibarizado PP. "No se me deja demostrar mi competencia intelectual", decía Bonilla en una entrevista el día de cierre de campaña. Ciertas camarillas peperas hablaban esta noche de que les había perjudicado la excesiva presencia en la campaña de Mariano Rajoy. Desde luego. Les ha perjudicado la presencia de Mariano Rajoy, y yo diría que les ha perjudicado incluso la existencia de Mariano Rajoy. Y, sobre todo, les ha perjudicado el hecho de que este paupérrimo candidato ha sido elegido, hace muy poco, por el omnipotente dedo de Mariano Rajoy. Habiendo perdido medio millón de votos, 17 escaños y 14 puntos porcentuales, ¿creen ustedes que va a haber alguna reacción mariánica? Abandonen toda esperanza. Al fin y al cabo –dirán ellos­–, no gobernaban, y van a seguir sin gobernar. Así mirado, están como estaban: sus 33 escaños sirven para lo mismo que servían los 50 que tenían hasta ayer: para nada. Y es que la cortedad de miras de este PP es tan palmaria que ahora de lo que se alegran es de que Vox no haya sacado ningún escaño, con lo cual su espacio a la derecha sigue vacío. Tan vacío como la pesquis estratégica de sus líderes.

Por otra parte, en Podemos han mostrado una alegría impostada al conseguir ser tercera fuerza. Lo cierto es que suman la mitad que lo que tiene este PP en sus horas más bajas. No llegan al 15% de los votos. Esas masas de los de abajo y de la gente, que iban a acabar con el bipartidismo y con el régimen del 78, son… los que son. Solo unos poquitos más que los que sacaba el PCE en sus tiempos. Y, desde luego, no dan, ni de lejos, para tomar el palacio de invierno.

Y Ciudadanos. Con un candidato pésimo, han sacado 9 escaños. No es lo que muchos esperábamos (se habló incluso de que podían adelantar a Podemos), pero no está mal. Entran en el juego político. Ya no son solo un partido catalán. La aritmética electoral les daría incluso para completarle la mayoría al PSOE, cosa que dudo que a Albert Rivera se le pase por la imaginación, aunque de Marín, su candidato andaluz, no debemos fiarnos un pelo.

Por su parte, Izquierda Unida no ha muerto del todo. Agoniza, pero aún respira. Su líder, Maíllo (el más presentable de los de todos los partidos parlamentarios), ha dicho que "es la hora de la política", y que “IU seguirá en una posición de lucha”. Algo tenía que decir. Pero sus 5 escaños (venían de tener 12) no sirven absolutamente para nada. Algo así como los 33 del PP. En cualquier caso, ahí están, preparados para volver a asomar la cabeza si Podemos se descalabrara, cosa nada descartable.

Y por último, UPyD. No quiero ser muy duro con ellos, pero es que se les ha dicho una y otra vez (desde dentro y desde fuera) que no pactar con Ciudadanos era malo para España, y que, además, era un error estratégico de bulto. No solo no han sacado ningún escaño, sino que han reducido a la mitad sus ya escasísimos resultados de 2012. Se han suicidado. Da pena, porque en ese partido hay gente muy valiosa e ideas muy aprovechables. Ahora tienen una disyuntiva: desaparecer o dejarse absorber por Ciudadanos, de la forma más honrosa posible. Espero que los de Rivera sean generosos. Y que los otros se apeen de su soberbia.

Al final, en Andalucía seguimos como siempre. La maldita Unta va a seguir funcionando como funcionaba, o sea, mal. Muy mal. Peor que el resto de las comunidades autónomas, que ya es decir. Y, por supuesto, peor que cuando no existía la autonomía y dependíamos de Madrid (¡hace ya tanto!). Pero ninguno de los partidos con representación está por desmontar el Estado autonómico. El único que lo proponía, que es Vox, ha sacado 18.000 votos, un 0,45%.

Así que esto es lo que hay.

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