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Guillermo Dupuy

¿Hacia la investidura (fallida) de Pablo Iglesias?

Rajoy seguirá teniendo, tras el 26-J, las mismas razones para no presentarse a la investidura que las que tuvo para no hacerlo tras el 20-D.

Vaya por delante que a mí me cuesta creer eso de que Unidos Podemos vaya a superar en escaños al PSOE tras las elecciones de junio. Pero en fin. Aun cuando el futuro sea incierto, y dado que yo no dispongo ni siquiera de sondeo alguno que sustente mi pálpito, supongamos que el futuro está escrito y que lo está tal y como lo describen las encuestas de El Español, La Razón y La Sexta, que coinciden en anuncian el cacareado sorpasso de la coalición entre viejos y nuevos comunistas.

Aun así, seguiríamos en las mismas: Rajoy no podría alcanzar la presidencia, aun cuando contase con el dudoso apoyo de Ciudadanos, y tampoco Pablo Iglesias, aun cuando contase con el mucho más improbable respaldo del PSOE. Y digo "improbable" porque si el PSOE no ha caído en la tentación de aliarse con comunistas y separatistas para investir presidente a Pedro Sánchez, me resultaría absolutamente inexplicable que lo hiciese tras las elecciones de junio en beneficio de Iglesias.

Así las cosas, y según todos estos sondeos, Mariano Rajoy seguirá teniendo, tras los comicios del 26-J, las mismas razones para no presentarse a la investidura que las que tuvo para no hacerlo tras el 20-D. Lo único que cambiaría es que ya no sería el candidato socialista, sino el podemita, el que tratará como segundón de conseguir la investidura con las mismas o menores posibilidades de lograrlo que su antecesor socialista.

Alguien, en cualquier caso, tendrá inexorablemente que someterse a una votación de investidura, por nulas que sean sus posibilidades de alcanzarla, si no queremos tener a Mariano Rajoy de presidente en funciones de por vida. No olvidemos que mientras no haya una nueva investidura fallida no se pondrá en marcha el reloj para la celebración de unas nuevas elecciones. Rajoy ya ha demostrado que es capaz de seguir sin dimitir y sin presentarse, pero alguien tendrá que hacerlo y no hay que descartar que sea Pablo Iglesias si, tal y como pronostican todos estos sondeos, los comunistas logran alcanzar el liderazgo de la izquierda.

Hay sondeos que aseguran, por otra parte, que los españoles han asumido como un error la repetición de las elecciones, lo que les ha llevado a abandonar posiciones maximalistas y a ver con mejores ojos las alianzas para formar gobierno que con los que las veían hace escasos meses. No sé. Yo lo que sé es que cada ciudadano seguirá votando a un único partido y que en ese voto no podemos añadir ninguna letra pequeña o adicional para el caso de que el partido que elijamos no alcance la mayoría suficiente para gobernar por si solo.

Mientras nuestros representantes no sean capaces de desatascar la situación, no lo podrán lograr los ciudadanos en un régimen parlamentario como el nuestro, que carece de segunda vuelta. Llegados a este punto el próximo 26 de junio, hipotético pero probable, más nos valdría exigir democracia interna en los partidos y unas elecciones primarias para que sus militantes designen candidato que la celebración de unas nuevas elecciones generales, que Dios sabe cuándo se volverían a celebrar y si servirían para algo.

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