Cuatro estampas y un funeral
El PP estuvo en campaña electoral, intentando dañar la imagen de la presidenta a nivel nacional.
En un clima preelectoral claro y sin dudas, Susana Díaz, a la que no le venía bien la comparecencia en una comisión de investigación salvo que lograra convertirla en triunfo, salió viva pero con heridas.
Primera estampa: Susana segura y sólida
Segunda estampa: el espectro de la ministra Báñez
Además, recordaba que la legislación era nacional, que tenía defectos y descontroles según la propia Báñez, que el fraude se daba en toda España y que nunca había sido llamada la Junta a opinar sobre tales defectos y sus mejoras. De paso, lanzó un mandoble a la cara de la portavoz parlamentaria del PP, Carmen Crespo, subrayando que su marido también se dedicaba a la formación. Y ahí lo dejó.
Tercera estampa: el PP andaluz
La voluntariosa María Teresa Ruiz Sillero empezó sin florituras, le recordó a la Díaz cómo sucedió al griñanista Velasco y por qué y, de súbito, metió en la Comisión la cornada más esperada de la tarde: la del "tieso", el marido de la presidenta, José María Moriche. En su contra tenía el asunto de la ministra y muchas cosas más. Y la Díaz, preparada, sacaba nóminas, contratos e historia laboral.
Libertad Digital fue la que expuso en exclusiva que "el tieso", como se le conocerá a partir de ahora gracias a su costilla, trabajó para UGT en los cursos de uno de los expedientes que la propia Junta consideró irregulares y que, pasados siete años, aún no se ha recuperado el dinero. Pero, vamos, lo de Moriche es una gota de agua al lado del océano del ex consejero Ojeda, la FAFFE, el caso Delphi, los informes de los Interventores, los juzgados y el desmadre general. Y, claro, Ruiz Sillero logró cabrear a la presidenta hasta el punto que inventó un verbo para la gramática parda de los debates parlamentarios. En un momento le espetó a la popular: "Me está usted insidiando". Y luego la acusaba de estar acusándola veladamente de algo y la amenazaba veladamente con llevarla al juzgado de guardia.
El PP estuvo, pues, en campaña electoral, intentando dañar la imagen de la presidenta a nivel nacional sabedor de que, con un pequeño empujoncito, tal vez Podemos e IU logren que el PSOE no sea el partido más votado en Andalucía el próximo 26 de junio. Y eso hará que le duela la cabeza a la sucesora oficial.
Cuarta estampa: el ciudadano presidente
Durante toda la Comisión ha sacado alguna patita felpudiana en lo que se refiere a los retrasos de la Junta en la entrega de documentación, en el acceso de sus miembros a la misma y otras lindezas. Pero sacó la pata entera cuando la Ministra Báñez, a la que quería llevar a los tribunales por no ir donde los propios servicios jurídicos de la Junta dijeron que no tenía por qué.
Ayer la sacó de nuevo, atizando un mamporro correctivo a la portavoz del PP por su "tono" mientras guardaba silencio ante el “tonazo” de la presidenta. Vamos, el presidente perfecto para un PSOE que gobierna con el apoyo de Ciudadanos como si tuviese mayoría absoluta.
Conclusiones funerarias
Dos: en períodos preelectorales, todos los partidos están al servicio de sus estrategias mediáticas y eso de la búsqueda de la verdad y la mejora del funcionamiento de las instituciones y administraciones es, literalmente, un cachondeo para entretener a los ingenuos.
Tres: después de las elecciones, ya se verá si la comisión está más seca que el ojo de Benito, el pobre, que se dice por el Sur.
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