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Zoé Valdés

Perdóname que te disculpe

Emma González, la joven activista superviviente del tiroteo de Florida, ya se ha convertido en parte del caudillismo internacional de izquierda.

Emma González, la joven activista superviviente del tiroteo de Florida, ya se ha convertido en parte del caudillismo internacional de izquierda.
Emma González, superviviente del tiroteo de Florida, durante su discurso en la Marcha de Nuestras Vidas en Washington. | EFE

Desde mucho antes del 2007, cuando los demócratas y el Team Obama pusieron a Yoani Sánchez en el panorama del liderazgo mundial, e incluso ya desde George W. Bush, andan buscando preferentemente a una mujer, cubana, que formara y forme parte del caudillismo internacional de la izquierda.

Después de 60 años de haber elegido y colocado a un barbudo necesitaban a otra señora con pelos ("pelúa" le llaman en mi tierra), porque la cosa iba de pelos, allá donde nacieran, barba, cabeza u… en fin, mejor me callo.

Ninguno de los dos les salió como ellos anhelaban. Entonces, por lo visto, han conseguido a una rapada (¿algo malo en ser rapada, al parecer para algunos sí), "machorra" (han confiscado hasta el lenguaje, pero en mi tierra se dice "marimacha", "machorra", "bombera", y nadie se inmuta… lesbiana es otra cosa), jovenzuela (vivimos en un mundo donde la experiencia y la edad no valen ni medio penique), cubana, y que además va -cómo no- de revolucionaria; para colmo, con la carcajada o la lagrimita fácil, según lo que toque en el teatro del absurdo.

A ver, ahí ha salido vestida de verde olivo, y con la bandera cubana en una manga, que era ya lo único que le faltaba a la relajeada bandera de nuestra independencia. Granma, el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, como era de esperar, ni corto ni perezoso, la ha sacado en hombros como una de sus protagonistas, aprecien la compañía. Tampoco importa demasiado que la misma Emma González haya declarado, sin arrepentirse, que ella fue una de las que le hizo ‘bullying’ al asesino Nikolas Cruz en la masacre de Parkland. De modo que habría que investigarse también esto.

Han secuestrado a las víctimas, de las que muy pocos se acordarán ya de los nombres si es que lo supieron alguna vez, para hacer del horrendo asesinato una afrenta y causa políticas, y desde luego algunos –y no pocos- se aprovecharon para echar a andar de tal modo su conocida fábrica de héroes.

Lo único que le habrá faltado por gritar a Emma González al final de su discurso. enardecido faltaría más, es lo que pueden suponer: "¡Pioneros por el comunismo! ¡Seremos con el Che!". Pronto, no desesperen, eso llega.

Tan triste episodio me recuerda a otro, todavía más triste. Cuando el Coronel Cornelio Rojas, minutos antes de ser fusilado en 1959, en Cuba, gritara: "¡Muchachos, ya tienen su revolución, cuídenla!". Ahora, yo citándolo, les diría a estos nuevos "salvadores", -y "perdóname que te disculpe"-: ¡Muchachos, ahí tienen su porquería de mundo, cuídenlo!".

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