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Cayetano González

Con Iglesias sí

Vienen malos tiempos para los que queremos una España unida, de ciudadanos libres e iguales.

Si en la noche del 28-A el grito que más se oyó en la calle Ferraz fue "¡Con Rivera no!", en la de este domingo fue "¡Con Iglesias sí!". Ha dicho Ábalos que eran unos "infiltrados" de Podemos los que dijeron eso, pero no ha aclarado a qué partido pertenecían los que portaban banderas de España: ¿quizás a Vox? Ya se ve el poco control que tiene el PSOE sobre quienes se reunieron delante de su sede para celebrar el gran fiasco de este domingo.

Ahora está por ver que Sánchez esté dispuesto a tragarse varios sapos a la vez y aceptar las condiciones que le va a poner Pablo Iglesias, porque aunque Podemos perdió siete escaños, sigue teniendo la llave para que el candidato del PSOE continúe en la Moncloa. Los mayores problemas no vendrán de ERC, PNV, Bildu o Más País. Estas cuatro formaciones aplaudirán con las orejas que Sánchez sea presidente. A ellas les irá muy bien, aunque a España muy mal. La gran dificultad la va a encontrar en Podemos, porque el intento de Sánchez de liquidarlos, políticamente hablando, cuando no quiso pactar con ellos y llevó al país a una nuevas elecciones, ha quedado en una jugada fallida.

Lo normal es que Iglesias, crecido por esa circunstancia, mantenga sus peticiones: Gobierno de coalición, con ministros de Podemos sentados cada viernes a la mesa del Consejo de Ministros También es lógico pensar que en esta ocasión no acepte el veto hacia su persona. En esa negociación PSOE-Podemos, Sánchez-Iglesias, radica el mayor obstáculo para la conformación de ese Gobierno frentepopulista que contará con el apoyo de independentistas y nacionalistas de Cataluña y el País Vasco.

La otra alternativa –una abstención del PP en la investidura de Sánchez, y no digamos nada de un Gobierno de gran coalición– se antoja muy complicada. El PP, que ha tenido su segundo peor resultado desde que fue refundado en 1990 por Aznar, tiene que plantearse la siguiente cuestión: ¿qué hemos hecho mal para que a nuestra derecha surja un partido con 3.600.000 votos y 52 escaños? Es evidente que el centro y la derecha no ganarán una elección mientras se presenten a las urnas divididos. Por eso es prioritario ponerse ya a la tarea de buscar puntos de encuentro, de entendimiento entre los dos partidos, PP y Vox, que tras las elecciones del domingo representan ese espacio electoral. Y para eso lo primero es reconocer que el partido presidido por Abascal no es un grupo de gente que dice y defiende unas cosas muy raras. El PP tiene que aceptar que VOX es una realidad, representa a una parte importante de ese electorado de la derecha con el que habrá que entenderse si se quiere ganar en un futuro a la izquierda.

Las elecciones arrojan otras noticias muy preocupantes para el futuro de nuestra nación. Más allá del descalabro de Ciudadanos, es muy inquietante la fortaleza del independentismo en Cataluña y del PNV y Bildu en el País Vasco y Navarra. Aunque en el caso de la Comunidad Autónoma Vasca el PNV ha tenido los mismos escaños, siete, que obtuvo el PP en marzo de 2000, cuando la mayoría absoluta de Aznar. ¿Por qué ahora el partido de Casado, al igual que en las elecciones de abril, no ha sacado ningún escaño en el País Vasco?

Vienen malos tiempos para los que queremos una España unida, de ciudadanos libres e iguales. Si Sánchez logra conformar el Gobierno de Frente Popular con Podemos y con el apoyo de independentistas y nacionalistas, muchas cosas correrán peligro: la unidad de la nación, la igualdad, el espíritu de la Transición, ya bastante tocado desde la nefasta etapa de Zapatero. Es la hora de la resistencia cívica y de ir construyendo una alternativa que esté preparada cuanto antes para tomar el timón de una nave que corre grave peligro de irse a pique.

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