Dejemos el buenismo y el buenrollismo para cosas en las que no nos juguemos tanto, para cuando no estén en juego la vida y la salud de tantas personas.
Sánchez e Iglesias siguen al alza en la estimación de los votantes porque la mayoría prefiere creer lo que le dicen en La Sexta antes que lo que ve con sus propios ojos cuando sale cada día a la calle.
El identitarismo victimista ha convertido a los colectivos de los que se proclama abogado en flores delicadas a las que hay que tratar con una sensibilidad extrema.
Dentro de algunos decenios, los españoles se percatarán de que el hecho de haber sobrevivido a la pandemia les va a proporcionar un extraño sentimiento.