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Cayetano González

No dejar títere con cabeza

Cada día que pasa se confirma el tremendo error que cometió el actual líder del PP con ese discurso rupturista contra Vox y Abascal

Cada día que pasa se confirma el tremendo error que cometió el actual líder del PP con ese discurso rupturista contra Vox y Abascal
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias presentan los PGE de 2021. | Moncloa

Con este gobierno social-comunista –hasta Iglesias ya lo denomina así-  vamos a susto por semana. Ni la situación creada por la pandemia, tanto en su vertiente sanitaria como en la de la crisis económica que lleva aparejada, supone un freno para esta pareja de gobernantes irresponsables que forman Sanchez e Iglesias. Ellos están a lo que están: a destruir el sistema constitucional del 78 y a construir una nueva sociedad inspirada en sus sectarios y excluyentes principios ideológicos.

La relación de atropellos llevados a cabo, sólo en las últimas semanas, por este Gobierno es simplemente estremecedora: puerta abierta al indulto a los políticos presos catalanes que intentaron un golpe de Estado; propuesta de modificación del Código Penal para rebajar las penas por el delito de sedición pensando en Cataluña; pacto en el Congreso de los Diputados con los herederos de ETA para modificar la reforma laboral llevada a cabo por los gobiernos de Rajoy; pacto con los herederos de ETA para aprobar los Presupuestos Generales del Estado; propuesta de modificación del sistema de elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial que suprima la exigencia de mayoría de 3/5 del Congreso para llevarla a cabo; creación del “Ministerio de la Verdad” dirigido por dos funcionarios del gobierno para controlar a los medios de comunicación que osen criticar al ejecutivo; supresión del castellano como lengua vehicular en toda España. Y como remate, ataque directo a la enseñanza concertada y a la educación especial con la ley Celaá ¿Hay quien dé más en tan poco espacio de tiempo?

El Gobierno se aprovecha de la situación tan atípica que estamos viviendo desde marzo por mor de la pandemia para llevar a cabo su plan ideológico. Saben –como se vio este pasado sábado en diversas ciudades de España con las manifestaciones en coche contra la ley Celaá- que en condiciones normales la gente saldría a la calle de forma masiva para manifestar su rechazo a muchas de esas decisiones que atentan contra el sistema constitucional, contra derechos y libertades básicas recogidos en el texto de la Carta Magna aprobada por la inmensa mayoría de los españoles hace casi cuarenta y dos años.

¿O es que Sanchez y su gurú Iván Redondo ignoran que en una situación de normalidad, cientos de miles de ciudadanos se echarían a la calle, por ejemplo, para clamar contra el pacto de PSOE con Bildu, los herederos políticos de ETA? Claro que lo saben, y por eso aprovechan la situación de confinamiento atenuado en la que estamos viviendo para avanzar paso a paso en su proyecto de tumbar  el régimen, en plena coincidencia con lo expresado la pasada semana por el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, desde la tribuna del Parlamento Vasco.

Sólo cabe esperar que los ciudadanos –todos aquellos que no estén ya infectados o anestesiados por el virus del sectarismo ideológico radical que caracteriza a una parte de la izquierda- tomen buena nota de todo lo que está sucediendo en España desde que Sánchez e Iglesias se instalaron en el poder y que en las próximas citas electorales voten en consecuencia.

Mientras tanto, tampoco estaría de más que la oposición se aplicara a la tarea de construir una alternativa consistente y atractiva a este gobierno social-comunista. La intervención de Casado contra VOX y Abascal en el debate de la moción de censura no invita al optimismo y cada día que pasa se confirma el tremendo error que cometió el actual líder del PP con ese discurso rupturista, inspirado o no por antecesores suyos en la presidencia del partido. Ciudadanos es algo que camina hacia la extinción y VOX debería poner todo el empeño posible en ir consolidando un proyecto político, con ideas, programas y equipos que sean capaces de atraer a más votantes de los que actualmente tienen, que siendo ya bastantes pueden seguir creciendo, sobre todo si el PP se dedica a conjugar conceptos como el centro, la moderación y la modernidad.

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