
Lo denuncia la revista Quercus, decana de la información ambiental en España: "La industria eólica bloquea un proyecto de reintroducción del quebrantahuesos en la comarca del Maestrazgo de Teruel".
Estamos ante el primer caso en España de suspensión de un proyecto de reintroducción de una especie amenazada por ser incompatible con el desarrollo eólico. El despliegue masivo de aerogeneradores que viene padeciendo Teruel impide la reintroducción de quebrantahuesos en esta zona, una iniciativa que se puso en marcha con el apoyo de la Unión Europea.
La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, de acuerdo con las autoridades ambientales, se ha visto obligada a suspender en el Maestrazgo el proyecto europeo Life "Correderos ibéricos para el quebrantahuesos", por el alto riesgo de colisión y muerte de los ejemplares liberados con los generadores desplegados.
Casi nueve mil animales han muerto en España en complejos eólicos de siete comunidades autónomas en los últimos cinco años.
Para quien no se encuentre cegado por la obsesión del llamado "cambio climático", el dato anterior pone en evidencia la insostenibilidad del deterioro del paisaje que suponen los campos de aerogeneradores. Ningún estudio de impacto ambiental podría dar resultado positivo ante la evidencia de los "mataderos de aves" que se levantan impidiendo la libre circulación del aire.
Claro que nuestras autoridades ambientales han encontrado una solución que, de no ser tan siniestra, podría calificarse de chistosa: suprimir la obligatoriedad de tales estudios. Así, como suena.
¿Tenemos que resignarnos al deterioro de nuestro medio aéreo en aras a la obtención de una energía cuya rentabilidad y necesidad son más que cuestionables? ¿No tiene nada que decir la Sociedad Española de Ornitología, antaño prestigiosa entidad científica convertida hoy en una de las más activas defensoras del "cambio climático"?
La supervivencia de la avifauna española, en peligro
En un mundo con los paisajes montañosos erizados de aerogeneradores, la gran mayoría de las especies de la avifauna española se encuentra en peligro. Esta situación no se habría imaginado hace tan sólo unos años, antes de que el ídolo climático se elevara al poder por encima de cualquier consideración inteligente.
Según datos de Gerardo Báguena, director del proyecto europeo "Life, Corredores ibéricos para el quebrantahuesos", entre los años 2020 y 2022, sólo en lo que se refiere a los parques eólicos de Aragón y Navarra, se han recogido sin vida en el suelo del "bosque de molinillos" 1.387 buitres leonados, 6 alimoches, 30 águilas reales, 58 águilas culebreras y 76 milanos reales. La situación es realmente insostenible.
Teruel, y en particular la zona del Maestrazgo se consideraban una de las zonas idóneas para la liberación de ejemplares de quebrantahuesos destinados a la creación de una nueva población estable; todo ha habido que anularlo ante el proyecto demoledor de instalar en la zona del Maestrazgo 13 complejos eólicos que, unidos a los 62 proyectados para zonas contiguas (34 proyectos en cuecas mineras, 19 en Andorra-Sierra de Arcos y 9 en Matarraña), invalidan la supervivencia de las rapaces.
Los 367 aerogeneradores proyectados obligan a suprimir cualquier proyecto, por muy Life y protegido por Europa que sea: las bellas sierras turolenses son sólo soporte de aerogeneradores; ni paisaje, ni aves, ni nada de nada; sólo billetes de banco aventados en detrimento de nuestra naturaleza.
Cuando ya no queden aves que descuartizar por los molinos, seguramente se habrá llegado a un punto de sentido común que haga cambiar las cosas y renegar del ídolo climático. Habrá entonces que desmontar los aerogeneradores, pero será carísimo, insostenible y altamente contaminante, porque no sabremos qué hacer con las montañas de chatarra.
Paradójicamente, nuestros "amos europeos" acaban de decidir "recuperar la naturaleza del continente", lo que nos coloca ante una verdadera paradoja. ¿Por dónde empezamos a recuperar? ¿Desmontamos antes los bosques de aerogeneradores o los campos de cultivo? Mientras se mantenga la actual mentalidad "tontiverde", nos tememos que sea la parte productiva de tierras y mares la que priorice la atención de los "restauradores". Para entonces la avifauna de la Península ibérica será en buena parte un lejano recuerdo.
Claro que, a lo mejor, reaccionamos antes contra tanta majadería, tanta corrupción y tanto desastre.
