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Pedro de Tena

Avanzando hacia el pasado

Lo que da miedo de verdad es que Pedro Sánchez lleve al descuartizamiento de España para su interés, y por el de algunos de dentro y de fuera.

Lo que da miedo de verdad es que Pedro Sánchez lleve al descuartizamiento de España para su interés, y por el de algunos de dentro y de fuera.
La Ministra de Hacienda, Maria Jesus Montero | Cordon Press

"Somos muchos más los que queremos que España avance y así seguirá siendo", decía poco después de las elecciones generales del pasado mes de julio el dañino Pedro Sánchez, al que los españoles del futuro recordarán con miedo y horror. ¿El que da miedo es Vox? Eso se empeñan de reiterar los talantosos bobos solemnes del PP, que van a reventar de centrismo ridículo y absurdo en medio de un país polarizado como nunca en los últimos 40 años.

Seguramente, los centrados centrales del centrismo no vieron ni se enteraron de qué fue lo que pasó en la sede del PSOE de la calle Ferraz en la noche del 23 de julio. Los socialistas habían perdido las elecciones y, sin embargo, la ministra de Hacienda, la trianera María Jesús Montero, en el balcón daba saltos –en realidad eran brincos ciclotímicos tras una fase depresiva aguda—, de delirio incontenible en el balcón como si hubieran ganado por mayoría absoluta.

Abajo, en la calle, una pequeña multitud se agrupaba bajo el éxtasis de unos dirigentes que habían sido derrotados y coreaban sin cesar: "¡No pasarán!", "¡No pasarán!", famoso grito de los primeros momentos de la Guerra Civil que aludía a la inminente entrada de las tropas de Francisco Franco en Madrid mientras el valentísimo gobierno republicano de Largo Caballero avanzaba hacia la fuga de la capital hacia Valencia el día 6 de noviembre de 1936.

Los sesudos centrudos del centro político que siguen deseando, sin pruebas convincentes de que tal milagro nacional sea posible, no parecen percatarse de que con ese clamor los sanchistas reunidos el día de autos identificaban a todo aquel que estuviese a su derecha (el centro, como se sabe, si existe, se encuentra a la derecha de la izquierda) con el franquismo histórico, o con el fascismo asesino, o con la dictadura totalitaria, que es lo que lleva haciendo la izquierda toda desde 1982 y más enérgicamente desde la metáfora del dóberman, perro de origen fiscal y, aunque anterior al nazismo, alemán (servía para cobrar impuestos a los fraudulentos)

¿Por qué rebotaba la Marisú en la sede del partido? Sencillamente porque en realidad habían ganado. Además de no hundirse y de crecer un milímetro o dos, los resultados conocidos les permitirán mantener sus bien pagaos puestos de trabajo y los de sus asesores enchufados, cienes y cienes, y los habitantes de esa pirámide presupuestara escalonada que tiene gente colocada hasta abajo del todo. Pero es que, además, van a poder seguir avanzando hacia el pasado de la mano de ideologías enfermizas y antiespañolas como el nacionalismo vasco y catalán. El único nacionalismo prohibido es el español. Los demás son políticamente correctos.

Con esos mimbres, sus escaños y sus votos, les va ser posible seguir avanzando hacia la nueva república que compondrán, si Dios y nosotros no lo remediamos y de momento, cuatro naciones: Galicia, Euskalerría (con país vascofrancés y Navarra inclusas), Cataluña, con todos los otros países catalans dentro, y ¡Castilla! (esto es, el resto de España, que luego se verá agruyerada por las naciones leonesa, andaluza, riojana, cántabra, asturiana (que ya exigió soberanía en la Guerra Civil) y las que hagan falta hasta descoyuntar la nación española, que dijo Felipe González que tenía como hecho político, un mínimo de 500 años o más. ¡Cómo calla de bien ahora el tío!

Pero, ¿qué más da ni la historia ni la verdad ni la realidad? ¿Cómo explicarle a "la brinquitos" y a los del "No pasarán" del 23 J que Juan Negrín y muchos otros socialistas prefeerían una España unida con Franco a una España destrozada por los nacionalistas vascos y catalanes a los que despreciaban? Ya lo ha dicho el pacífico Otegui: "Para que España sea roja primero tiene que estar rota."

¿Quién creerán que pronunció estas palabras que siguen?: "No hay más que una nación: ¡España! No se puede consentir esta sorda y persistente campaña separatista, y tiene que ser cortada de raíz si se quiere que yo continúe siendo ministro de Defensa y dirigiendo la política del Gobierno, que es una política nacional". La cita el socialista Julián Zugazagoitia.

Si, fue otro socialista, Juan Negrín, guste más o menos, que añadía: "El que se oponga a la política de unidad nacional debe ser cesado de su puesto fulminantemente. Antes de consentir campañas nacionalistas que nos lleven a desmembraciones, que de ningún modo admito, cedería el paso a Franco", algo que fastidiaba tanto al desaparecido Quim Torra que las recordó en un tuit.

Pero más grave es tener que explicarles a los centrados centristas del centro central que lo que da miedo de verdad es que Pedro Sánchez lleve al descuartizamiento de España para su interés, y por el de algunos de dentro y de fuera. Es lo que temía Negrín, al que cita Manuel Azaña textualmente en sus Diarios Completos:

"Yo no he sido nunca —agrega— lo que llaman españolista ni patriotero. Pero ante estas cosas, me indigno. Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco. Con Franco ya nos las entenderíamos nosotros, o nuestros hijos, o quien fuere. Pero esos hombres son inaguantables. Acabarían por dar la razón a Franco. Y mientras, venga pedir dinero, y más dinero…". Clavado. Sánchez, la "brinquitos" y los del No pasarán avanzan decididamente hacia el peor pasado. Y los centradísimos asustadísimos, aunque no por todo esto, también.

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