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Pedro de Tena

La persecución de Díaz Ayuso

Esa insistencia en la caza y captura de esta mujer hace pensar a cualquiera que hay algo importante, capital, de vida o muerte, en juego.

Esa insistencia en la caza y captura de esta mujer hace pensar a cualquiera que hay algo importante, capital, de vida o muerte, en juego.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. | Europa Press

Es que no para, pase lo que pase, se pruebe lo que se pruebe, se diga lo que se diga, Pedro Sánchez desata, una y otra vez, a sus perros amaestrados tratando de amedrentar e incluso de morder, no al PP ni a Alberto Núñez Feijoo, sino a una presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso. Esa insistencia en la caza y captura de esta mujer hace pensar a cualquiera que hay algo importante, capital, de vida o muerte, en juego.

En esta impresionante cacería hacia esta mujer ha habido muchos hitos y desde hace largo tiempo. Comenzó con un préstamo concedido legalmente a una sociedad donde participaba su padre y siguió con ella misma, a la que se acusó de relaciones con la trama Púnica, con las primeras banderillas negras clavadas por peones de su propio partido. Eso fue por el año 2011, con Zapatero de mastín.

Con ella en el centro de todos los asedios, presidiendo ya la Comunidad de Madrid, le tocó el turno a su madre y a su hermano, a los que acusaron sin resultado judicial alguno en bastantes ocasiones, sistemática, programada, elaboradamente. Lo de su hermano ha sido un escándalo moral por cuanto todo un presidente del gobierno, hablando en otro país como Marruecos, aprovechaba su condición para acusar al hermano de delitos desestimados por las fiscalías española y europea.

Durante la pandemia, su popular y efectiva gestión, enfrentada a la autoritaria y carcelaria, si no cosa peor, del gobierno social-comunista de Sánchez, fue objeto de embestidas asombrosas por sicarios profesionales que decían tener un Comité de Expertos que, como se ha visto, nunca existió. Ahora sabemos además lo del caso Koldo, Ábalos, Begoña y Sánchez, entre otros, que nadie sabía entonces y que está poniendo a cada uno en su sitio.

Se comprende que las luminarias tácticas del PSOE deslumbraran a Pablo Casado y su fiel Teodoro con unos papeles que presuntamente tenían la magia política necesaria para destruir a esta mujer. Pero al igual que fracasó con un inexplicable ataque a Santiago Abascal en plena moción de censura contra Sánchez, Casado se estrelló contra Díaz Ayuso con formas de matón y papeles erróneos, palmando definitivamente en el intento.

Pero no acabó ahí. En medio de la porquería y de la inmundicia política, ahora se da un paso más y se filtra a la prensa –ay, Marisú, Marisú, que no controlaste los tiempos y eso te va a costar caro—, la negociación de su novio con Hacienda, algo que está absolutamente prohibido y que ha sido miserable y vil difundir. Pero les consume una obsesión compulsiva, fatal, suicida incluso.

¿Qué ha hecho o se espera que haga Díaz Ayuso para merecer esto? ¿Por qué la persecución es tan implacable, tan constante, tan atrevida e incluso tan delictiva? No es fácil descubrir qué se esconde tras este hostigamiento sistemático que, por lo visto, puede hacerse, sin que, de oficio, nadie haga nada y que una familia dañada no quiere hacer tampoco por agotamiento y deseo de vivir con normalidad.

Naturalmente, Isabel Díaz Ayuso ha reventado, o casi, la estrategia sanchista-comunista-separatista de ensanchar el espacio político de Vox para acabar con el PP y ocultar el verdadero totalitarismo nacionalista-comunista que ampara. Su demostración electoral y política de que un PP sin complejos y con reflejos, como ella misma ha dicho, puede crecer máximamente limitando la expansión de un Vox mal orientado y dirigido, es una verdad de hecho.

Igualmente, su defensa de Madrid, capital del reino de España, ejemplo de actividad, de productividad, de libertad y de calor nacional, se ha irradiado por toda la geografía española obstaculizando la operación quirúrgica de implantar una España desigual donde Cataluña, País Vasco y Galicia, y ya veremos qué otras "nacioncitas", desarreglan y tuercen el destino de la España unida y solidaria que se defiende en la Constitución.

Su atrevimiento ideológico y cultural de desafiar la supremacía del intervencionismo y del dirigismo social comunista y separatista, la ha convertido en un referente político y moral en todo el territorio nacional. Su espíritu liberal, manifiestamente visible, debe resultar insoportable para quienes hacen del "sistema capitalista" y sus defensores el centro de todos los odios posibles. Pero sustituir al mercado y su corolario de propiedad y libertad, por un puñado de tiranuelos de pacotilla, caprichosos y acéfalos, no cuela.

Sí, todo puede ser cierto. Pero, tanta saña, tanto tesón, tanto riesgo, tanta insistencia, tanta ira, tanta rabia, tanta inquina, conducen a pensar que hay algo más. ¿Es que estiman que alguna vez esta madrileña de Chamberí podría regir los destinos de España y que más vale liquidarla ahora que llorar después? ¿Tan peligrosa la creen? Tal vez sea otra cosa, más personal y misteriosa. Lo cierto es que desde su despacho en la Real Casa de Correos de Madrid ya ha visto pasar los cadáveres de bastantes enemigos y que a Pedro Sánchez se le está poniendo una cara de réquiem que ya anuncia gorigoris.

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