Óscar, en tres argumentos
Óscar López es el enésimo macarra de Ferraz que tiene encomendada la ingrata misión de tumbar a Isabel Díaz Ayuso.
Óscar López no es, ni mucho menos, el nuevo candidato del PSOE para intentar gobernar la Comunidad de Madrid. Es el enésimo macarra de Ferraz que tiene encomendada la ingrata misión de tumbar a Isabel Díaz Ayuso.
Dicen que el todavía ministro de Transformación Digital y de la Función Pública guarda un enorme parecido físico con Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, uno de los padres de la Constitución, tan celebrada como violada por este PSOE de banquillo. Hay que intentarlo todo, hasta medirlo con otros políticos de indiscutible prestigio aunque acabaran recibiendo el premio "Amigo de los Vascos" de la Fundación Sabino Arana. Si López se parece al jurista de la Transición, entonces Sánchez es Séneca. Supongo que sólo se refieren a que lleva gafas de elevadas dioptrías, ahí queda todo.
Él mismo se pone otros maestros de referencia como Alfredo Pérez Rubalcaba, José Luis Rodríguez Zapatero y el propio Sánchez y, con ese bagaje, se presenta como el único capaz de acabar con "el mal", ente que, en su sueño de adolescente, representa Ayuso. Cuando el ignoto López se dispuso a pedir el voto por Rubalcaba en las elecciones generales post-Zapatero, allá por el año 2011, dijo solemnemente que había "tres argumentos de peso, de mucho peso" para apoyar a su maestro socialista. Apenas acertó a enumerar dos y después de repetirlos varias veces entre dientes como para coger carrerilla y estimular la memoria terminó excusándose en que se había "quedado en blanco".
Eran tres argumentos de mucho peso que se quedaron en dos bastante flojitos. Pobre Rubalcaba, ni los suyos. Esto no le habría pasado a Herrero de Miñón, desde luego. Merece la pena recordarlo varias veces gracias al breve vídeo que le persigue.
López fue hasta director de campaña de otro López, Patxi, cuando se midió a Sánchez en la crisis socialista de 2016. Ser jefe de campaña de Patxi López tiene que dejar una huella indeleble. No todo el mundo está preparado. Si lo haría mal, que siendo "adversario" de Sánchez no se enteró nadie y los lópeces ignorantes —no confundir tampoco con los otros de la Transición, López de Letona, López Bravo y López Rodó— acabaron en el equipo del marido de Begoña tirando los escasos pelillos a la mar y compitiendo en insustancialidad.
Salta a la vista que con esta excelsa experiencia, y habiendo perdido estrepitosamente las elecciones como candidato en Castilla y León, sólo podía acabar como jefe de gabinete de Pedro Sánchez. Es verdad que por el camino fue presidente de Paradores de España, donde parece que hizo migas con esa institución de Ferraz llamada Koldo García Izaguirre y hasta le pidió el contacto del solista Víctor de Aldama. ¡Qué pequeño resulta el mundo cuando lo habita gente tan parecida!
Por si acaso, López corrió a reducir la importancia del conseguidor socialista del que, según dijo, se cree "James Bond" y no llega ni a "pequeño Nicolás". Al poco tiempo de la desafortunada frase aparecieron las fotos del comisionista cantarín con agentes de la CIA y el FBI haciendo de cicerone de caza por fincas manchegas. A Óscar, desde luego, no lo conocían.
Dice el candidato-ministro, sin atreverse ya a enumerar razones por si perdiera la cuenta, que viene a desempeñar una "misión de servicio público" consistente en desarticular "el epicentro de un modelo de la peor política, la política de la corrupción, de la crispación, del insulto, del bulo y de la mentira" y, de paso, acabar también con la "financiación de la fachosfera". De la gestión de Madrid, poco.
Pero el que fuera jefe de gabinete tenía de jefa de gabinete —así nos va con los cargos telescópicos—, a Pilar Sánchez Acera, que fue la que filtró a su antecesor, a Juan Lobato, el correo con las conversaciones privadas del abogado del novio de Ayuso para que lo sacara del bolsillo como papelito incriminatorio en un pleno de la Asamblea. La jefa de gabinete del jefe de gabinete había estado en Loterías y Apuestas del Estado, en Paradores y, sin duda, en las cloacas, primera empresa pública de la política española tan frecuentada por el PSOE. "Corrupción, crispación, bulo, mentira…". ¿De quién habla Óscar?
Hay tres argumentos de peso, de mucho peso, para que Óscar López haya sido nombrado titular del nuevo Ministerio de la Guerra contra Madrid:
El primero es que no encuentran a nadie que consiga hacerse con la Comunidad de Madrid, acostumbrada a la libertad y el anonimato, no al cinismo de los ricos que adoran la sanidad pública desde una suite hospitalaria.
El segundo es que no hay político de izquierdas que le dure un asalto a Ayuso. Fueron a por su padre, a por su hermano y a por su novio para que abandonara su vocación.
Y el tercero… el tercero… el tercero es que Pedro Sánchez ha puesto al Estado, a la Fiscalía, a sus fontaneros y a su koldosfera mediática a su servicio personal contra una persona que le es superior, cosa nada complicada, pero que le hace frente de verdad.
Tres argumentos de peso. O más. Contamos con la ventaja de que Óscar López ni siquiera los recordará.
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