Pagar impuestos es de tolais

Laura Borràs es una corrupta. La Justicia le enchufó a la presidenta de Junts cuatro años y medio de estancia en el balneario con barrotes más próximo a su domicilio por fraccionar contratos. Por robar, en suma, aunque fuera para un amigo. Pero Laura Borràs no va a pisar la cárcel, porque va a ser indultada. Y no va a ser indultada porque se haya arrepentido, porque haya colaborado con la Justicia o, yo qué sé, porque haya devuelto el dinero que robó, que menuda excentricidad sería. Va a ser indultada porque es separatista, y en la España del sanchismo, ser separata otorga inmunidad. Llamamos perro a Pedro no por la homofonía, sino porque es un chihuahua obediente que cuando Puigdemont le dice sit, se sienta y si le dice plas, se hace el muerto. Y la fregona de Waterloo ha exigido, claro, que la corrupta que preside su partido no se acerque a menos de diez kilómetros de Can Brians, porque no robó, y lo que hizo lo hizo por Cataluña.

Antes que la generosa Borràs, varios miles de fanáticos antiespañoles se beneficiaron de la debilidad extrema del caniche monclovita. El independentismo intentó dar un golpe de Estado en 2017 y convirtió Barcelona en Mogadiscio con butifarras en 2019, y las consecuencias de aquello han sido únicamente la breve estancia en un spa penitenciario de algunos de sus instigadores, en unas condiciones de las que ningún otro preso ha disfrutado jamás. Visitas 24/7, médico privado, comida del exterior, acceso a internet y comodidades más propias de un hotel que de una cárcel. El agravio comparativo para el tipo al que pillaron con cien gramos de costo era evidente, pero, de nuevo, en nuestro país odiar a España tiene premio gracias al marido de la presunta corrupta y su necesidad casi fisiológica de aferrarse al poder como una garrapata. El resto del golpismo violento se fue de rositas y, para ponérselo más fácil la próxima vez, se eliminó el delito por el que unos pocos fueron condenados. ¿Lo mejor? Que aún se quejan.

El carné del PSOE también otorga abundantísimos puntos de inmunidad. Es el equivalente en el mundo real al God mode de los videojuegos de pegar tiros en primera persona: puedes ir por ahí cargándote todo lo que se te pone por delante sin que nadie pueda rozarte un pelo. Seiscientos millones de euros robó el PSOE de Andalucía, un ensañamiento en la corrupción más propio de satrapías africanas, y Chaves y Griñán van exigiendo disculpas, como si fueran ellos las víctimas, y no los ciudadanos a los que el socialismo atracó durante años. Gracias a una esmerada labor de prevarigarzón en el Tribunal Prostitucional, los socialistas más corruptos pueden dormir tranquilos. El fiscal general del Estado ya sabe, porque se lo han dicho, que en caso de que le condenen por montar una operación política con información reservada contra la única oposición real a Sánchez, será convenientemente exonerado por Conde-Pumpido. Y lo mismo pasará con Begoña y el Batutas, da igual si son condenados o no, porque el PSOE tiene un tribunal soviético inverso para limpiar el nombre de sus propios corruptos y ladrones.

¿Qué sentido tiene pagarle impuestos a un Estado así? La Justicia siempre es más benévola con quien puede pagarse mejores abogados, pero en España han pasado por la cárcel Rato, Urdangarín y hasta Isabel Pantoja, mientras que los compañeros de partido y socios de Sánchez se libran, no porque tengan más dinero para su defensa, sino porque el Gobierno vende los indultos a cambio de votos. Un Estado en el que la desigualdad ante la ley no sólo es manifiesta sino que sus beneficiarios se la restriegan por la cara a los que pagan la cuenta, es un Estado encaminándose cuesta abajo y sin frenos a la ilegitimidad. Un Estado que ni siquiera se molesta en disimular mínimamente el uso del principio de igualdad ante la ley como toalla para el escroto es un Estado que yo no quiero financiar, porque sé que si quién roba el dinero de mis impuestos es sociata o indepe, no recibirá castigo alguno.

No seré yo quien anime a defraudar, Dios me libre de darle al responsable legal de Libertad Digital un disgusto tan grande. Pero sí que envidio a los youtubers y streamers que se han marchado a Andorra. Es cierto que viven en un duty free montañoso con asiento en la ONU, pero al menos saben que su dinero no servirá para financiar la impunidad de los enemigos de su país.