
No importan los aprietos en que los socios del Gobierno metan al Ejecutivo, una situación que se viene repitiendo con periodicidad prácticamente semanal; el Partido Popular siempre estará ahí para echar una mano. El decreto para responder a la nueva política arancelaria de EEUU, una reforma legal que difícilmente saldría adelante sin los votos de los populares, es un ejemplo más de la manera en que el PP entiende su labor de oposición a Sánchez, el personaje más destructivo que ha padecido España en las últimas décadas, por delante incluso (quién lo diría), del propio ZP.
Los de Núñez Feijóo presumen de que el Gobierno ha introducido en este decreto anti-Trump algunas medidas propuestas por los populares, como la prórroga de la moratoria contable para las empresas rescatadas durante la pandemia y un aumento de las ayudas a las empresas afectadas por la política arancelaria de EEUU. Si el apoyo del PP al Gobierno se hubiera traducido en la adopción de medidas liberalizadoras de la economía, como solían defender los populares, Núñez Feijóo se podría apuntar el tanto de haber reconducido al PSOE en la buena dirección. La modificación de las normas contables y el aumento de los subsidios, en cambio, no parecen dos buenos ejemplos de la sana política económica, basada fundamentalmente en la rebaja de la presión fiscal para que las empresas ganen competitividad.
Pero es que, además, y como ocurre siempre que se trata de Sánchez, el Gobierno ha engañado al PP negociando por la parte de atrás con Puigdemont un reparto de los incentivos que beneficiará especialmente a Cataluña, como corresponde al trato que el sanchismo reserva a su socio de referencia.
Núñez Feijóo ha descubierto que el felón le ha tomado el pelo (otra vez) y ha respondido dando un golpe en la mesa. ¡Vaya si lo ha dado!: "Hoy no estamos más cerca de ayer en la posibilidad de apoyar el decreto ley que es un parche y no una solución", afirmó en plena rueda de prensa. ¡Sánchez, ríndete, que el gallego te tiene rodeado!
Pero no es seguro que Sánchez, hombre de recursos a la sazón, haya entrado en pánico tras escuchar al líder de la oposición, porque sus posibilidades de sacar adelante el decreto de aranceles sin la ayuda del PP son las mismas que el resto de reformas legales aprobadas durante la legislatura sin el apoyo de Núñez Feijóo. Es decir, prácticamente ninguna, lo que no le impide mantener la legislatura a flote trampeando con Puigdemont.
¿Por qué sale el PP siempre al rescate de Sánchez? Pues, naturalmente, para crujir a Vox, orillándolo en la política nacional sin recurrir al expediente soez del famoso cordón sanitario. Con los aranceles, los expertos de Génova pretenden aislar a Abascal, aunque sea a costa de hacer el ridículo una vez más. La prioridad es la prioridad.
