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Antonio Robles

Autoamnistía, soborno, chantaje y saqueo

La sentencia de Felipe González es todo un síntoma del hundimiento sanchista, el termostato de una sociedad española harta de su desvergüenza.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page (i), y el expresidente de España Felipe González (d), durante un evento. | Juanma Jiménez / Europa Press

Pedro Sánchez está muerto, pero aún no lo sabe. O porque lo sabe, sigue agarrándose a él como una lapa para mitigar daños. Lo acaba de sentenciar Felipe González en Onda Cero. A la pregunta de Carlos Alsina: "¿Cuánta vida política le queda a Pedro Sánchez?", contestó tajante: "Ya no tiene vida política".

La sentencia de Felipe González es todo un síntoma del hundimiento sanchista, el termostato de una sociedad española harta de su desvergüenza. Si él, el orador sagaz, el viejo zorro que sabe utilizar la ironía con bisturí de cirujano ha declarado la guerra abierta a Pedro Sánchez en defensa del PSOE y de la democracia, es que acabamos de tocar fondo. Se le acabó la maraca al okupa.

Es hora de que los expertos jurídicos desmonten la telaraña tóxica que el gobierno y sus cómplices han utilizado para pervertir al mismísimo Tribunal Constitucional. Aún falta resolver los recursos al TJUE. No todo está perdido, en Europa ya le han visto el plumero al causante del desvarío. Aunque desgraciadamente, no son los principios jurídicos los que han fallado, sino las disculpas interesadas sobre el bien general los que le han servido de coartada espuria. Como estas cuatro pestilencias: autoamnistía, soborno, chantaje y saqueo.

-"AUTOAMNISTÍA". La acuñó la declaración de la Comisión Europea. Fueron los secesionistas los que elaboraron su propia ley de amnistía, con alevosía, nocturnidad y fuera de las fronteras españolas, aprovechando la debilidad y ambición enfermiza del capo de la banda del Peugeot, Pedro Sánchez. Y fue, el más corrupto de ellos, Santos Cerdán, quien negoció la venta en la clandestinidad con Puigdemont. ¿Qué podía salir mal?

SOBORNO. Doble soborno, los sediciosos sobornaron al gobierno ofreciéndoles 7 votos por la amnistía, y el gobierno sobornó a Puigdemont facilitándosela. Unos lograban la amnistía y el otro, su investidura como presidente del Gobierno. Un soborno mutuo en toda regla, "un acto de corrupción política" escandaloso, en palabras de Felipe González, o de cualquier demócrata. Pedro Sánchez, sin embargo, lo justificó con una frase manida: "Hacer de la necesidad virtud". La necesidad la sabemos, ser presidente, ¿pero cuál es la virtud? Hoy es un buen día para recordar con qué ahínco negaba en el pasado la constitucionalidad de la amnistía.

CHANTAJE. Si no eliminas el delito de sedición del Código penal y no nos concedéis la amnistía, no habrá envestidura, le vino a decir Puigdemont a Sánchez. Si no me garantizas tus siete votos para lograr la investidura, no eliminaré el delito de sedición ni tendrás la amnistía. Ya se sabe, dos no se pelean, si uno no quiere. Entre delincuentes anda el juego.

SAQUEO: Las consecuencias son letales para España; vendedor y comprador no ofrecen algo de su propiedad, sino de la propiedad común. Pedro Sánchez compra los favores de un enemigo de España por intereses privados, a cambio de vender la propiedad de España, que es de todos. El saqueo es doble, económico e institucional. El primero es malversación de fondos públicos, el segundo es alta traición al Estado de Derecho y a su nación. Seguro que el despilfarro de fondos públicos no merma los presupuestos de educación o sanidad, como sí lo hacen los gastos en Defensa.

Y el socialista catalán, Salvador Illa, con la misma cara compungida de Pedro Sánchez, pero con pose de meapilas, celebrando el golpe institucional a la separación de poderes y exigiendo amnistía para Puigdemont y Comín; porque según él, o la amnistía es total, o no es amnistía. O sea, incluso la malversación de caudales públicos no abalados por el TC. ¿Se la estará pidiendo también para sí mismo por si acaso le toca la pedrea por su etapa en el ministerio de sanidad?

CODA: Un buen día para recordar lo que decía Salvador Illa en las elecciones de 2023: rechazo a la amnistía y al referéndum, y petición de realismo a Junts. Un vídeo más dónde decía que el castellano no era una lengua extranjera, y ahora que es presidente la trata como tal. Ni Atila.

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