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San Pedro y las aves

Los desastres ornitológicos de las fiestas con pirotecnia.

Los desastres ornitológicos de las fiestas con pirotecnia.

La festividad de San Pedro, celebrada en España el pasado domingo 29 de junio coincide con los festejos populares de muchos pueblos de España; muchos de ellos acompañan la alegría propia de la fecha con explosivas demostraciones de pirotecnia. Aquí empieza el problema.

Vivimos en la "sociedad del ruido", por no decir en la del estruendo; ya sabemos que buena parte de España, sobre todo la levantina, no concibe unas fiestas sin pólvora, pero, con todos los respetos, la Naturaleza nos pide algunas reflexiones al respecto.

Las fechas en que se celebran muchas fiestas populares coincide con la etapa final de la crianza de numerosas especies de aves, que todavía están incubando cuando se produce el estruendo inaugural: se termina entonces el proceso con el abandono de los padres antes de que sus pollos sean independientes: así de sencillo.

Un documento de valor incalculable

El prestigioso naturalista y artista de la naturaleza, Ángel Febrero, está repartiendo entre autoridades y medios de comunicación la grabación registrada en una de las cajas anidaderas que tiene instaladas en su tejado, provistas de cámaras que capta las imágenes y cronometran el tiempo en que se reciben: esto es lo que ocurrió al llegar la festividad de San Pedro.

Aclaremos antes que los hechos ocurrieron ¡en una Zepa!, que quiere decir nada menos que "zona de especial protección para las aves", concretamente en la localidad madrileña de Aldea del Fresno.

La cámara a que nos referimos está siguiendo el proceso de incubación de una hembra de estornino negro, Sturnus unicolor, que tiene mediados de crianza dos polluelos, o "nidáceas", como se diría científicamente; cuando el cronómetro marca exactamente las doce de la noche y van a comenzar las fiestas del pueblo, se registra un fogonazo, un estruendo sonoro y, como es natural, la hembra en incubación, aterrorizada, abandona el nido y deja a sus indefensos pollos que, incapaces de regular su temperatura morirán en pocas horas.

Lo verdaderamente grave es que podemos extrapolar lo ocurrido en el nido que ha registrado Ángel Febrero, con lo que sin duda alguna sucedió en la totalidad de los nidos del término afectado por el escándalo sonoro que tanto parece hacer disfrutar al menos a una parte de los vecinos.

Vamos a extraer una clara conclusión: los escándalos sonoros son incompatibles con el proceso de crianza de buena parte de la fauna silvestre, y muy particularmente de las aves.

Y el correspondiente corolario: No se puede, o al menos no se debería considerar un territorio como ZEPA (Zona de especial protección para las aves), si se ve afectado por celebraciones o cualquier otro tipo de eventos que impliquen escándalos sonoros como pirotecnia o conciertos con gran amplificación acústica o luminosa.

La reflexión debe ser especialmente importante para las autoridades responsables de las celebraciones escandalosas: Señores Alcaldes si quieren disfrutar de los honores derivados de la calificación de alguna forma de protección de la Naturaleza para los territorios que gobiernan, sea consecuentes y adopten las medidas necesarias para limitar la contaminación en ellas, ¡también la acústica!, por impopulares que puedan resultar tales disposiciones.

Quienes preferimos vivir lo más alejados posible de la "sociedad del estruendo" nos preguntamos si es necesario castigar nuestros oídos para disfrutar de nuestros momentos de ocio; esta reflexión se puede extender no sólo a los entornos naturales, sino también a los eventos, musicales o festivos en general, en que se desenvuelve nuestro entorno vital, pensando incluso en la amplificación de los espectáculos.

Por otra parte, es necesario y de justicia valorar el trabajo de nuestros naturalistas de campo, como el de Ángel Febrero que estamos comentando, Hace falta mucho amor por la naturaleza para encaramarte a tu tejado y, con cargo a tu pecunio particular, instalar una suerte de modernos artilugios para ayudar a anidar a las aves y registrar su comportamiento.

¿San Pedro? Pedimos disculpas al venerable pescador y primer sucesor de Jesucristo en la Sede de Roma por haber utilizado en nuestro titular su santo nombre; posiblemente sería el primer indignado al ver levantarse del nido a la aterrorizada hembra de estornino registrada por la cámara de Ángel Febrero en una Zepa, que no merece tal nombre.

En Tecnociencia

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