Robar votos para que mande Feijóo
Lo habitual en el PP es gobernar para la izquierda con los votos de la derecha, una tradición que Rajoy llevó a su máxima expresión.
El presidente del Partido Popular afirmó en uno de sus discursos del congreso de su partido celebrado el pasado fin de semana que no establecería ningún cordón sanitario contra Vox, porque los votantes de ese partido merecen todo su respeto. Al día siguiente, el flamante secretario general del PP explicó que Núñez Feijóo no gobernará jamás en coalición con Vox aunque eso suponga ir a una repetición de las elecciones. Eso no es un cordón sanitario; es una barricada con concertinas para evitar la contaminación de los votantes conservadores, a los que el PP desprecia casi tanto como a los suyos, como se ha visto cada vez que los populares han ejercido el poder.
Lo habitual en el PP es gobernar para la izquierda con los votos de la derecha, una tradición que Rajoy llevó a su máxima expresión. Mariano siempre se ha enorgullecido de no modificar ni una coma de las leyes aprobadas por Zapatero, aunque fueran tan nocivas como la derogacion del Plan Hidrológico Nacional o tan asquerosas como la ley de Memoria Histórica, origen perfectamente detectable de la catástrofe actual. Ahora aconseja hacer lo mismo, -ahí están los ofrecimientos al PSOE bueno (¿Realmente son tan idiotas en Génova?)-, pero el problema es que a Feijóo le faltan votos para gobernar a placer como el progre vergonzante que es.
En la sede de los populares ya han hecho hasta las cuentas: dos millones de votos de Vox y medio millón del PSOE. Con eso, Alberto monta un Gobierno que no moleste a la izquierda, que es la aspiración vital de todo dirigente del PP, con más motivo si viene de provincias de gobernar con mayoría absoluta. Hablan incluso de "robar" esos votos, y el verbo es el apropiado, porque se trata de un apoyo puntual para superar una situación dramática, en el bien entendido de que cuando España vuelva a ir bien, esos 2,5 millones de apoyos volverán a su poseedor original.
Esta es toda la estrategia del PP de Núñez Feijóo para llegar al Gobierno de España y echar a Sánchez: suplicar a los socialistas y amenazar a los conservadores, una diseño inteligentísimo que ya lo dejó colgado de la brocha en las elecciones de julio de 2023.
Los votantes moderados del PSOE (alguno hay) puede que voten a Feijóo tapándose la nariz, pero lo que no está claro es que dos millones de simpatizantes de Vox vayan a hacer lo mismo para volver al partido del que salieron tarifando. El verano pasará pronto y con el Otoño caerán las hojas de los abedules y las sentencias de los casos de corrupción del PP. Entre eso y la estrategia suicida de los expertos de Génova, Sánchez podría llegar a 2027 y hasta gobernar otros cuatro años más. Los españoles no nos lo merecemos. El PP, por supuesto que sí.
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