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Nuestras "banlieues"

Tenemos ya todos los clichés con los que se despachan este tipo de situaciones y tenemos, por eso, todos los boletos para que vayan en aumento

Tenemos ya todos los clichés con los que se despachan este tipo de situaciones y tenemos, por eso, todos los boletos para que vayan en aumento
TORRE PACHECO (MURCIA), 14/07/2025.- Calles tranquilas este lunes en el barrio de San Antonio de Torre Pacheco (Murcia) Las fuerzas de seguridad mantienen su dispositivo en Torre Pacheco tras las jornadas de disturbios entre grupos de ultraderechistas y jóvenes de origen marroquí a raíz de la agresión a un anciano, mientras se investigan los hechos y se suceden los llamamientos a la calma. EFE/Morell | EFE

De hacer caso a políticos de izquierdas y medios de todo tipo, los incidentes de Torre Pacheco no tienen nada que ver con la paliza que le dieron a un vecino. De la paliza se habló al principio, pero enseguida pasó a ser irrelevante. También se consideró irrelevante, cuando no xenófobo, que el alcalde de la localidad dijera que en los últimos tiempos han aumentado mucho en el pueblo la delincuencia y el vandalismo. ¡Relacionar delincuencia e inmigración es de extrema derecha!, reza el cliché. Dos o tres clichés ahorran siempre el trabajo de informar y analizar. El relato cliché que ya se ha instalado sobre los incidentes en este pueblo murciano sólo reconoce una violencia, la provocada por grupos ultras "de fuera", y unos culpables: los discursos. Ministros que no han condenado la paliza - para qué, si no es la causa de nada - acusan a Vox, por su discurso, al PP, por si las moscas y a la retórica "populista" de Ayuso, porque el Pisuerga pasa por Valladolid.

No reconocen que la situación que describía tímidamente el alcalde esté en la raíz del incidente que causó indignación y luego, disturbios. Para los partidos de izquierda y medios de todo tipo, hablar de inseguridad ciudadana en lugares donde hay muchos inmigrantes es racismo. Este axioma, como axioma que es, no admite discusión ni hay que demostrarlo, lo cual es muy conveniente. Es tabú hablar de comportamientos delincuenciales o vandálicos si los autores son inmigrantes, porque si se hablara de ello, y se viera ahí una causa de los problemas de convivencia, el axioma del racismo se resquebraja. La izquierda martillea que no es la inseguridad, sino el color de la piel. Pero es la inseguridad, y no el color de la piel. Siempre olvidan que hay comunidades de inmigrantes - otro color de la piel - con los que no surgen problemas de convivencia.

Tenemos ya todos los clichés con los que se despachan este tipo de situaciones y tenemos, por eso, todos los boletos para que vayan en aumento. Porque esta colección de clichés ya la hemos visto, ya se ha probado y ya ha demostrado para qué sirve. Es el modelo francés. Nuestras banlieues no serán banlieues como las francesas, pero serán pueblos como Torre Pacheco y tantos otros. Localidades donde, igual que en las banlieues, hay alta densidad de población inmigrante joven, desocupada y desestructurada. No tienen por qué ser ilegales, pueden ser segunda generación. Habrá también, como en las banlieues, imanes radicales que espolearán su sentimiento de no pertenencia, su rencor y su agresividad, y en la región de Murcia los hay. Y tenemos la condición necesaria para que estalle el polvorín, que es el abandono. Las autoridades no harán lo necesario para garantizar la seguridad ciudadana y los vecinos que no puedan marcharse a vivir a otra parte tendrán que lidiar solos con grupos, pandillas y bandas que se han acostumbrado a vandalizar y a delinquir.

En Francia, que nos lleva décadas de adelanto, ni la izquierda ni la derecha hicieron nada. Nada, salvo unirse al coro de acusaciones de racismo contra la gente que protestaba. De ahí el ascenso de Le Pen. En España, los partidos de izquierda no van a mover un dedo para atajar la falta de seguridad en zonas con inmigrantes problemáticos. Han renunciado al electorado de clases populares, que son las que los padecen. Creen que sacan buen rédito político de estos estallidos. Los utilizan para llamar a la lucha contra el racismo y la extrema derecha, y con eso tienen suficiente para que los voten los progres urbanos que viven lejos de las zonas guetificadas y degradadas. Después ya sabemos lo que viene. No hay más que ver cómo arde París cada tanto.

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