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Hacia la balcanización de España

Es de posibilistas empedernidos hacer lo mismo una y otra vez, y esperar resultados diferentes. Pero sobre todo, es de necios reforzar la estrategia del adversario.

"El proceso" se acelera hacia la balcanización de España. Ya no hay medias tintas, los enemigos de la nación, cuando peor estaban, han logrado aprovechar los delirios de grandeza de un okupa ocasional en la Moncloa para saquear al Estado a cambio de ponerlo y mantenerlo en el poder. Solventada la amnistía, eliminado el delito de sedición y amañado el TC, la Fiscalía General, el CIS , van a degüello contra el Poder Judicial y la separación de poderes, romper la caja común de la seguridad social, otorgar un concierto económico a Cataluña a la manera del País Vasco y dejar al Estado en cueros. A punto de caramelo para desguazarlo. El sueño húmedo de catalanistas y Sabinianos vascos. Lo más parecido a una sociedad de castas. En este caso, de castas territoriales.

Reparen en este detalle. Quienes hemos venido denunciando desde 1980 en Cataluña ese proceso iniciado por Pujol con la Inmersión lingüística, después con el Programa 2000, más tarde con cesiones en el tramo del IRPF, el desplazamiento de Policía Nacional y Guardia Civil, modificaciones inconstitucionales del Estatut, referéndums ilegales de autodeterminación y declaración incluida de independencia fake en 2017… comprobamos con estupor que se escandalicen ahora con Pedro Sánchez. Reparen, siempre sin respeto alguno a la Ley, ni a las sentencias de los Tribunales cuando convenía a sus intereses. Su obsesión por imponer una lengua nacional en detrimento de los derechos civiles de los hablantes de la común, no era mera capricho, sino el fundamento simbólico para fundar de la nada una nación inexistente con ínfulas de Estado.

En ese empeño estaban todos los partidos catalanistas de todo el arco parlamentario desde 1980 de la mano de Pujol. De izquierdas y de derechas: CiU, ERC, PSUC, PSC, IC, la CUP, JUNTS, AC… La argamasa de esa complicidad antiespañola independientemente de su afiliación ideológica era el catalanismo, versus, nacionalismo. Exactamente igual que la composición del gobierno actual de Pedro Sánchez. De extrema izquierda (Podemos, Bildu y Sumar), a extrema derecha (Junts). Y con los mismos objetivos. Lo único que los ata es su odio a España.

Para quienes no supieron ver entonces ese "procés" nacionalcatalanista, ahora tienen la oportunidad de verlo en España reencarnado en la figura de Pedro Sánchez. La ocultación inicial de sus intenciones, sus mentiras sistemáticas, sus justificaciones sociales, su desprecio de las instituciones y leyes si no le convienen, la venta por parcelas del Estado a sus enemigos para lograr sus objetivos políticos a costa de lo que sea, son las maneras, los modos y los fines del proceder de todos los presidentes de la Generalitat desde Jordi Pujol, Pascual Maragall, José Montilla, Artur Más, Carlos Puigdemont, Quim Torra, Pere Aragonés, incluido Illa. Para los que quieran excluir del grupo a Maragall o Montilla, recordarles que el primero fue el que impulsó el Estatuto inconstitucional del 2006, inicio del procés, y que Montilla, sostuvo junto al Editorial conjunto de 12 cabeceras de prensa catalanas contra el TC en 2009: "No hay sentencia que pueda juzgar los sentimientos de los ciudadanos de Cataluña ni su voluntad". El actual, Salvador Illa, no ha tardado en hacer suyo el mantra de la lengua nacional como única, y la exigencia del Cupo vasco bajo el eufemismo de financiación singular de Cataluña. La Ley a su disposición y arbitrio. Como Sánchez.

Ahora pueden ver a través del comportamiento de Pedro Sánchez y sus valedores de izquierdas y derechas, la cara del nacionalismo a la que nunca han querido mirar a la cara. Frente a esa imagen desnuda, ningún partido debería cometer los errores que todos los gobiernos españoles anteriores han venido cometiendo con los nacionalistas catalanes. Empezando por el PP, eternamente acomplejado ante el PNV y CiU como si España les debiera algo, como si la derecha española les debiera algo, no por ser derecha, sino por ser española. Como si bajo la denominación de nacionalistas, el PNV y Junts ahora, no fueran derecha pura y dura.

¿Qué hacer? Dejando aparte las reformas constitucionales, electorales etc. y restaurar lo mancillado, que deben ser abordadas cuando las circunstancias lo permitan, hoy los partidos comprometidos con la nación española, han de hacer lo posible para ser mayoritarios en todas las comunidades de España, incluidas Cataluña y el País Vasco. Empezando por el PP.

Si Feijóo persiste en la sumisión a Junts o al PNV, sólo logrará afianzarles en su espacio político de derechas, su propio espacio, sus competidores naturales. Y desde el cual, siempre impondrán su supremacismo negociador. Por dos razones, porque los votantes de centro derecha de esas comunidades están acostumbrados a sacar más réditos con el chantaje de estos partidos de derecha nacionalista a la derecha española, que votándoles a ella. Afianzar esa evidencia es dejarles sin espacio electoral. Lo que ha venido ocurriendo desde 1980 con Pujol, y ahora con Junts. Y por una segunda razón aún más lesiva; desde Pujol, una mayoría de votantes de derechas, culturalmente española y contraria al nacionalismo lingüístico y étnico del catalanismo, ha priorizado sus intereses económicos, frente a los ideológicos y culturales por la presión del poder nacionalista que no hace prisioneros.

Sólo si hay un liderazgo catalán del PP de centro derecha determinado a crear su espacio electoral sin atender a lo inmediato, para dar la batalla cultural a largo plazo, y ganarla, podrá atraerse el respeto de cientos de miles de catalanes que hoy están huérfanos de partidos, porque, o bien han desaparecidos, como es el caso de C's, haberles traicionado, como es el caso del PSC, o por carecer de coraje para "ser", como el PP.

Vidal-Cuadras ya lo demostró en 1996, pero Aznar prefirió arrodillarse de nuevo ante Pujol en los pactos del Majestic y avenirse a cortarle la cabeza a Alejo Vidal-Quadras. Porque Pujol no sólo quería la sumisión de Aznar, quiso hacer desaparecer a Vidal-Quadras del Parlamento de Cataluña porque su sola presencia insultantemente catalana amenazaba con acabar con el hechizo de la nación colonizada y humillada por España. Bien sabía este sátrapa lo que representaba tener a un líder del PP con ocho apellidos catalanes y ningún respeto por el catalanismo xenófobo.

Sin C's, con un PSC ocupando el espacio de CiU, y con un VOX como única referencia para los españoles de derechas hartos de la cobardía congénita del PP ante el catalanismo, las expectativas electorales de un PP acobardado y sumiso a Junts serán muy limitadas. De hecho, la encuesta del último CEO de la Generalitat lo deja blanco sobre negro: El PP se estanca o tiende a la baja (14-15 escaños), mientras VOX pasa de (11 a 12-14). Con el agravante de que sus votantes naturales compartidos con Junts se la vuelven a pegar de (35 a 28-30) en beneficio de AC (de 2 a 10-11), su sector similar a VOX, pero en catalanista. ¿Dónde están los 36 escaños que sacó C's en 2017? ¿Eran ficción esos votos, o por el contrario eran parte de esa sociedad que no quiere dejar de ser española?

Ese error no lo debería volver a repetir nunca más Alberto Núñez Feijóo como ya lo mostró en el último Congreso de Sevilla. Pudiendo haber dado alas a su presidente, Alejandro Fernández, encumbró a Daniel Sirera, para redactar la ponencia de estatutos del partido y nombró a Xavier García Albiol para presidir el congreso, los dos prestos a servir de muñidores de cualquier pacto con Junts que les garantice los votos que son incapaces de cultivar ellos. Ya están en ello bajo cuerda.

Es de posibilistas empedernidos hacer lo mismo una y otra vez, y esperar resultados diferentes. Pero sobre todo, es de necios reforzar la estrategia del adversario. Feijóo ha de saber que el PNV y Junts son tan de derechas como nacionalistas. Lo primero lo ocultan, lo segundo lo resaltan. Si no logran revertir la trampa, el PP será cada vez más residual en Cataluña y el País Vasco. Y por lo mismo, la derecha española habrá de ser más y más sumisa al nacionalismo. Y al futuro envenenado que nos preparan.

Sr. Feijóo, con estos no se puede negociar en posición de debilidad (PNV), a estos hay que vencerlos, como a todos los racistas/clasistas/nacionalistas de todas las épocas. Porque no buscan el consenso, la equidistancia, la convivencia, sino tu exterminio nacional, cultural y lingüístico (Junts). Mientras que tú Feijóo, nos consta, no buscas su exterminio, sino la igualdad ante la ley, ni eliminar su lengua, sino compartirla por ser la de miles de compatriotas, ni eliminar una nación que nunca existió, porque ya tenemos una en común y es tan suya como tuya. Y es esto lo que tienes que hacer llegar a sus votantes. Y esforzarte en convencerlos siendo más leal, honesto y sincero que ellos. Y si mañana conviene negociar en igualdad de condiciones, no se apure, que siempre se avendrán a ello. ¡No saben nada los muy fenicios!

Esta es la batalla que hay que ganar si corre una gota de patriotismo por las venas del PP y tiene luces largas para ver la historia como conjunto de acontecimientos más allá de los intereses inmediatos. Porque no sólo está en juego su persistencia ideológica, sino la de España misma como nación de ciudadanos libres e iguales.

CODA: Habrían de aprender de Izquierda Española, el molde del mejor PSOE hoy en banca rota, que ha nacido para representar todo lo que la izquierda Wok, plurinacional y separatista combate: la igualdad de ciudadanos y territorios, la justicia social, la progresividad fiscal, la democracia, la libertad y la decencia. Sin pedir permiso a nadie.

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