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Emilio Campmany

Montoro, intocable gracias a Pumpido

Con lo que no cuenta El País, ni Rufián, ni ningún socialista, comunista o golpista, es que, y bien duele decirlo de tan odiado personaje, Cristóbal Montoro está blindado.

María Jesús Montero recibe la cartera de Cristóbal Montoro | LD/Agencias

En El País están como locos de contentos viendo que un juez empitona a un ministro de Rajoy por corrupción. Creen que demuestra que, por venales que sean los socialistas, peores son los del PP. Gabriel Rufián se negó a tener que elegir entre los corruptos premium y los corruptos cutre. Bueno, pues aquí tiene a un corrupto, no ya premium, sino de alta gama, para que, sin remordimiento, pueda seguir apoyando el gobierno de los corruptos cutres.

Sin embargo, con lo que no cuenta El País, ni Rufián, ni ningún socialista, comunista o golpista, es que, y bien duele decirlo de tan odiado personaje, Cristóbal Montoro está blindado. No puede ser condenado, al menos por los hechos que investiga el Juzgado de Tarragona. Y no puede a poco que su abogado apele a una reciente doctrina del Tribunal Constitucional, concebida por la catequista Inmaculada Montalbán y bendecida por el abate Pumpido. Concretamente, se trata de la que sirvió para absolver a Chaves y a Griñán de los delitos de los ERE. Según la peregrina tesis, no es posible prevaricar en la elaboración de anteproyectos y proyectos de normas porque la aprobación definitiva no corresponde a quienes los elaboran, sino a la cámara legislativa que al final los vota. De tal forma que, aunque las leyes presupuestarias incluyeron los sistemas gracias a los cuales el PSOE pudo impunemente distraer seiscientos y pico millones de euros, quienes introdujeron tales mecanismos en los borradores no son responsables porque no lo fueron de su aprobación última.

A Montoro le acusan de haber introducido en anteproyectos y proyectos modificaciones legislativas que favorecieron con rebajas fiscales a empresas de un determinado sector contra pago del servicio por parte de algunas de ellas. Igual que Chaves y Griñán. Por la misma regla de tres, Montoro no podrá ser condenado y debería levantársele desde ya su condición de investigado mediante la aplicación de la misma doctrina.

El episodio llega como pedrada en ojo de boticario porque, unas horas antes de que se conociera el auto del Juzgado de Tarragona, la Audiencia Provincial de Sevilla envió a la Justicia europea las sentencias de Pumpido sobre los ERE para que las revise, entre otras cosas, "para evitar que, por efecto de la doctrina incluida en las repetidas sentencias del TC, se produzca un riesgo sistémico de impunidad futura en escenarios similares". Y añade: "La interpretación que realiza el TC de los delitos de prevaricación y malversación se vincularía genéricamente con la exención de responsabilidades a todo hecho o actuación realizada en el marco de la iniciativa legislativa". Tal doctrina "es susceptible de originar un ámbito de impunidad que habría de resultar incompatible con los principios de seguridad jurídica y confianza legítima, porque impide determinar las posibles responsabilidades penales, civiles y contables de aquellos que, mediante un acto naturalmente ilícito (…), inician un trámite legislativo para crear leyes (…) que persiguen un fin fraudulento". Éste es el caso de Chaves y Griñán. Y también el de Montoro. De modo que, mientras el Tribunal de Justicia de la Unión Europea no diga nada, que tardará en hacerlo, Montoro seguirá amparado por la doctrina de los ERE. Es lo que pasa con la generalidad de la ley, que, si hay que torcerla para beneficiar a uno, acaba igualmente torcida para beneficiar a todos los que son tan sinvergüenzas como él.

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