Colabora
EDITORIAL

El PSOE abolicionista, campeón mundial de hipocresía

Ese arte de la doble moral, esa ley universal del embudo en la que se quedan con la parte ancha, llega con el PSOE a unas cuotas imposibles de igualar.

Obligar a los demás a hacer lo contrario de lo que ellos mismos hacen es seña de identidad de la izquierda como mínimo desde Marx, ese hipócrita absoluto que pese a no haber trabajado jamás y vivir siempre de dar sablazos a los burgueses, se quiso convertir en una especie de liberador de la clase obrera.

Pero ese arte de la doble moral, esa ley universal del embudo en la que siempre se quedan con la parte ancha, llega con el actual PSOE a unas cuotas que son imposibles de igualar: nunca ha habido tal diferencia entre lo que un partido hace casi a la vista de todos y aquello de lo que no solo presume, sino que incluso acusa a sus rivales.

Y es que el partido de ese Pedro Sánchez que tanto ha disfrutado del dinero de Sabiniano Gómez, el de Ábalos y Koldo, el que hizo ministra y Fiscal General a la mujer que se congratuló de que con la "información vaginal" que se recogía en las casas de lenocinio había "éxito asegurado", el de Tito Berni, el de las fiestas en Paradores, el de Roldán y sus orgías cutres, esa misma formación política y no otra, se ha atrevido a interpelar al PP sobre si "están a favor de los puteros".

La frase, pronunciada este jueves por la secretaria de Igual de los socialistas, Pilar Bernabé, produciría carcajadas si no causase una indignación y un estupor absolutos. Hay que tener la cara de un material más duro que el diamante para reprochar a los demás lo que los compañeros de tu propio partido han elevado a la categoría de costumbre: no olvidemos tampoco el consumo de drogas y profesionales del sexo que acompañó al robo masivo de los ERE andaluces, tan conocido por todos que Juanma Moreno inició una de sus campañas electorales a la entrada de un club de alterne famoso por tener como clientes a socialistas andaluces.

Atrapado por los audios en los que Ábalos y Koldo comentaban las habilidades amatorias de las prostitutas que iban a contratar, por el hecho ya innegable de que se usaron empresas públicas para pagar con el dinero de los contribuyentes las aventuras amorosas de destacados socialistas y por el pasado de la familia Sánchez – Gómez que se lucró, y no poco, con la trata de mujeres y hombres, ahora el PSOE quiere desviar la atención con una campaña grotesca para abolir la prostitución de la que ellos han sacado provecho sexual y, mucho peor, económico.

Una supuesta concesión al falso feminismo de un partido que actúa como si cumpliese los más altos estándares morales, pero cuyos miembros usan su posición de poder y nuestro dinero para satisfacer sus más bajos instintos, mientras sus miembras, si nos permiten parafrasear a la socialista Aido, miran a otro lado o, como presuntamente hizo Isabel Pardo de Vera, incluso facilitan las corruptelas sexuales de sus compañeros.

Y, por último, una campaña hipócrita y que lo único que pretende es obtener un rédito político a costa de perjudicar, precisamente, a aquellas mujeres que dice defender, que en caso de aprobarse la pretendida abolición se verían empujadas a ganarse la vida en unas condiciones aún mayores de marginalidad, insalubridad y violencia, arrojadas en brazos de las mafias que controlan todo aquello que, con la arrogancia propia de los estatistas, algunos creen que son capaces de abolir con una simple ley.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario