El bloque de investidura, bloqueado
El "bloque de investidura" nunca fue un bloque. Sus ingredientes no admiten mezcla.
Para mí que fue Iglesias Turrión, el de antes de ser podcaster, el que llamó "bloque de investidura" a la menestra variada que aupó de nuevo al Gobierno al perdedor Sánchez hace un par de años y pico. Bloque es un término de regusto maoísta, ligado a aquel invento de Mao del "bloque de las cuatro clases", puro relato, diríamos ahora. No es que los podemitas fueran maoístas. Eso hubiera sido ser algo. Del ajado estuche de las tradiciones políticas de la izquierda sólo sacaron nombres, y esto del "bloque" iba bien para dar una idea completamente equivocada de lo que había dentro. El "bloque de investidura" nunca fue un bloque. Sus ingredientes no admiten mezcla. No surgió de un programa común, sino de un común oportunismo, cuyo único punto de acuerdo fue el de poner en el Gobierno de España al mayor oportunista de todos. Era cuestión de tiempo que esa realidad se impusiera y produjera lo que tenemos hoy. El bloque bloqueado.
No marcha ni para un lado ni para otro. Cada uno de los componentes tira para su lado, y todos tiran a la vez de la cuerda que los ata. El resultado es la inmovilidad. Algunos lo reconocen y otros hacen pedorretas. Los de Puigdemont alardean de haber roto las ataduras, pero siguen jugando al escondite con su voto. El lugar donde aparezca, depende de la carga emocional del día. El PNV, que va de serio, anda preocupado. ¡Adónde vamos a llegar! "Las costuras del Estado se están tensando, e incluso rompiendo mucho", declaró un lúgubre Aitor Esteban por la entrada en prisión de Ábalos y Koldo. Pero si fueran las costuras del Estado las que se tensan y "rompen mucho", Esteban debería estar más contento, salvo que su partido ya no sea el que fue. Las costuras que se están tensando son las suyas. Apoyar a un Gobierno al que le salen noticias de corrupción por las orejas todos los días no sale gratis. Acabar con la ficción del "bloque de investidura", tampoco. Ese es el dilema paralizante de una menestra donde unos bloquean y todos están bloqueados. Lo de Sumar es otra historia. Una de náufragos. Van a hundirse con el barco.
En la concentración contra el Gobierno, el domingo, en Madrid, Feijóo interpeló a Junts y al PNV y les dijo que hay que "retratarse", pero ninguno de los dos partidos quiere hacerse el retrato con el PP. Prefieren seguir retratándose como socios discontinuos y descontentos, como aliados gruñones, que adelantan el torso como si fueran a romper filas, pero no mueven los pies. Son de los que se eternizan en la puerta y no acaban de salir. Necesitarían un buen pretexto para su parálisis. Antes, el pretexto era Vox. Para que no llegara, tumbaron la posibilidad de un Gobierno sólo del PP. Ahora, en medio de los escándalos, el coco Vox ha perdido prestancia y no se les ocurre nada para sustituirlo. Están en bloqueo político y se les ha bloqueado la imaginación.
Lo más popular
-
Bono asiste a la reapertura de un hotel de lujo de Globalia en R. Dominicana junto a Hidalgo: "Pepe, enhorabuena" -
Aldama dice que el rescate de Plus Ultra fue "orden directa" de Sánchez y que Montero dijo "yo me encargo" -
La DGT anuncia conos y señales conectados tras la implantación de la baliza V16 -
TVE y Javier Ruiz se inventan un bulo sobre el robo de votos en Extremadura y la Guardia Civil lo desmiente -
Nicolás Redondo destroza a Óscar Puente: "Representa la cobardía de los que entregan los principios por estar"
Ver los comentarios Ocultar los comentarios