PP y Vox deben empezar a aceptar la realidad
Resulta descorazonador que PP y Vox se enzarcen diariamente en una guerra fratricida en lugar de identificar correctamente al adversario real de sus electores
Los resultados electorales admiten múltiples lecturas, pero lo que resulta indudable, en el caso de los comicios de Extremadura, es que el Partido Popular no ha alcanzado el objetivo que se marcó cuando María Guardiola decidió adelantar la cita con las urnas.
La presidenta extremeña convocó las elecciones a la Junta de Extremadura tras no alcanzar un acuerdo con Vox para aprobar los presupuestos generales de 2026. El propósito del adelanto electoral, como ella misma dijo expresamente cuando anunció su decisión, era no depender del partido conservador para gobernar. El resultado tras los comicios es que el PP apenas ha mejorado un diputado sus resultados de 2023, sigue lejos de la mayoría absoluta y depende aún más de Vox para que María Guardiola vuelva a ser presidenta y pueda gobernar con cierta tranquilidad.
La candidata popular extremeña se niega a aceptar que la gobernabilidad de su región (como la de España en su conjunto) gira en función del entendimiento político de las dos grandes fuerzas del centro-derecha. En Extremadura se ha comprobado doblemente, debido a la tozudez de una candidata popular a la que repugna pactar con Vox pero no duda en llegar acuerdos con la izquierda, una actitud demasiado extendida entre los dirigentes populares que su electorado tradicional rechaza cada vez de forma más amplia.
La otra gran lectura de las elecciones anticipadas de Extremadura es la debacle socialista y, en general, de la izquierda, en una región en la que ha sido hegemónica durante más de cuatro décadas. El fin de ciclo político en las regiones tradicionalmente socialistas se está viviendo de manera estrepitosa fruto de la toxicidad de Pedro Sánchez, cuyo candidato ha perdido 10 escaños viniendo del peor resultado histórico del PSOE en aquella región. El equilibrio de fuerzas en Extremadura es de 60-40 a favor del centro-derecha, una relación que valdría también para el conjunto de España según reflejan la mayoría de las encuestas. Siendo esto así, resulta descorazonador que PP y Vox se enzarcen diariamente en una guerra fratricida en lugar de identificar correctamente al adversario real de sus electores y actuar en consecuencia.
Vox está actuando de manera irresponsable tratando de dañar el PP aunque eso suponga dar oxígeno a Pedro Sánchez, pero la responsabilidad de María Guardiola en estos momentos es máxima, porque los ojos de toda España van a estar dirigidos hacia ella para ver cómo resuelve su proceso de investidura. La izquierda solo puede recuperarse del tremendo batacazo sufrido si Guardiola sigue empeñada en abortar el acuerdo natural con Vox y decide volver a llamar a las urnas, un error histórico que podría llevarse por delante la posibilidad de que el presidente de su partido, Alberto Núñez Feijóo, pueda llegar a La Moncloa.
Lo más popular
-
El Tribunal de Chicano avaló en 2024 el rescate de Air Europa y Plus Ultra: la SEPI aplicó "un procedimiento adecuado" -
Calero denuncia el caos de la baliza V16: "No sabes si funciona y no puedes comprobarlo" -
Así saben los ladrones en qué coche hay un portátil o móvil -
Europa se sacrifica para nada: China produce más de la mitad de las emisiones de CO2 -
José María Rotellar: 'Pedro Sánchez hace colapsar matemáticamente a la Seguridad Social'
Ver los comentarios Ocultar los comentarios