2026: el año que viviremos peligrosamente
Putin busca la involución en los países de Europa del Este para promover una acción militar. EEUU está marcada por las elecciones de medio mandato.
El año que viene y seguramente el resto de la década, vendrá determinado por lo que ocurra el tres de noviembre en las elecciones de medio término en los Estados Unidos. Ante la relevancia de este día, otros procesos electorales como los de Colombia o Brasil que podrían tornar hacia el conservadurismo populista, palidecen. Todos somos conscientes de que existen dos mundo posibles: el dominado por Trump y el que no. Son tantas las vendettas que tienen los pendientes los demócratas y el temor reverencial que genera Trump en sus filas, que una mayoría azul en noviembre dejaría a la presidencia como un pato cojo y mareado. A su vez este corto plazo supone un riesgo: Trump necesita acelerar su agenda, si es que él sabe cuál es, para cumplir sus objetivos y conseguir al menos, una derrota dulce si mantiene el control del senado, lo que es bastante posible.
¿Qué nos dicen las encuestas en estos momentos tan lejanos? Para el Congreso, los demócratas aventajan entre tres y cinco puntos, lo que les dará una confortable mayoría. En el Senado actualmente hay una mayoría republicana de 53 a 47; de los 35 que se renuevan 22 son republicanos y 13 demócratas, lo que complica las aspiraciones demócratas. Cuatro estados podrían decidir el resultado: Georgia, Maine, Carolina del Norte y Michigan, en ninguno de ellos hay un destacado claro, pero existe una pequeña ventaja demócrata. Si estos cuatro estados cayeran del lado demócrata, el vuelco sería un terremoto y la peor pesadilla para Trump.
Como siempre ocurre existen motivos para la esperanza y para el desasosiego. Si el presidente de Estados Unidos quiere apoyar a su partido, de lo que estoy seguro, debe apostar y lo hará por la cuestión de moda, la misma que le hizo presidente " affordability" aquí lo llamaríamos el coste de la cesta de la compra, que en Estados Unidos se extiende, a diferencia de Europa, a los seguros, a la sanidad y a la educación. La inflación sigue sin control a pesar de que la Reserva Federal se mantiene muy vigilante y la clase media está siendo muy dañada por el alza de precios y los aranceles. Trump necesita sacudirse pronto de la agenda internacional para centrarse en lo más urgente de lo que dependerá la segunda parte de su mandato y la candidatura de JD Vance a la presidencia en 2028. Veremos en los próximos meses al presidente regando de dinero a las clases medias norteamericanas como nunca lo vimos antes y con una parafernalia propia de Hollywood.
Trump tiene tres retos en la agenda internacional que le aprietan en el zapato. La paz en Ucrania, a la hora de escribir este artículo Trump está reunido con Zelenski. Cualquier acuerdo de paz no traerá más estabilidad ni más seguridad y será la antesala de una guerra mucho más cruel y extendida a la que no seremos ajenos, pero un alto el fuego sería suficiente para las aspiraciones al Nóbel de la Paz. En Gaza, después de la firma fantasma de los acuerdos, poco o nada se ha avanzado en el terreno político. Netanyahu sigue con la mosca detrás de la oreja de que Irán sigue con su arsenal nuclear y la violencia en Cisjordania y en Gaza no cesan y la paz resulta muy frágil. Finalmente el sainete venezolano en el que Trump no tiene un plan, solo seguir con la presión a ver si Maduro cae. Tal como yo los veo, los tres escenarios le van a estallar en la cara y pronto, y no sabrá como afrontar unos retos para los que no está preparado en pleno año electoral.
Una vez más los europeos han encontrado a sus dos líderes naturales, Reino Unido y Alemania, de ellos y sus satélites europeos, dependerá el futuro de la seguridad europea. Francia sumida en el caos político e Italia que sigue siendo Italia se aparecen como comparsas De España, ¿qué quieren que les diga? Siempre ocupados en el frente interno.
El Ártico, se calentará en 2026, y no solo por efecto del clima. Los vuelos de bombarderos nucleares rusos programados y el empeño de Trump con Groenlandia, abren un nuevo escenario bélico de consecuencias impredecibles. Putin comenzará, sin lugar a dudas, la segunda fase de su plan, la involución en los países del Este para propiciar su acción militar. Viviremos en este año nuevo momentos de tensión como no recordamos desde octubre de 1962, que nos cortarán la respiración. Esperemos que la cordura reine en esos momentos tan críticos.
Finalmente, los chinos, siguen con su plan, que es ser la potencia hegemónica mundial, para ello deben evitar la conflagración militar a corto plazo y mantener su economía a pleno rendimiento, y la cuestión demográfica y la situación financiera del país no ayudarán en este sentido, por lo que el peligro radicará en que su ambición imposible se sobreponga al pragmatismo.
Si llegamos a noviembre y las elecciones americanas se producen de forma normal y hay alternancia, todos respiraremos un poco más tranquilos y muchos de los miedos habrán desaparecido. Incluso aunque no cambien las políticas, solo con que el respeto al orden internacional, a la educación y a la soberanía de los países regresen a nuestras vidas, todos nos sentiremos más seguros y tranquilos. Aquí, por muchas expectativas que muchos tengan, acabaremos el año como lo empezamos, con la sensación de un fin de ciclo que nunca termina de llegar y que quizás nunca llegue a ser finiquitado.
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