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Antonio López Campillo

El antisemitismo como mentalidad

Que en los países donde las comunidades judías son escasas y reducidas aparezcan posiciones antisemitas parece indicar que el antisemitismo no es sólo un "anti" de algo que molesta. En Austria, Alemania, Francia y España no puede decirse que se detecte la presencia de fuertes y abundantes comunidades judías, y sin embargo hay hoy un antisemitismo creciente. Según una estadística reciente, más del 15% de los alemanes adultos se declaran abiertamente antisemitas.

Hace poco, Jürgen Möllemann, un dirigente liberal del FDP alemán, hizo unas declaraciones que reavivaron el antisemitismo. Comenzó defendiendo a los "mártires" suicidas palestinos y siguió con una denuncia de "lobby sionista" en la prensa. Declaraciones que son un elemento más de las críticas casi diarias a Israel, que corren paralelas (digo paralelas) a los ataques a sinagogas en Alemania, Francia y otros países europeos. Este coincidir parece indicar que el antisemitismo no es un fenómeno local, sino más bien una corriente ideológica activa en Europa.

La aparición en un plazo de tiempo relativamente corto del antisemitismo actual, en ausencia de una campaña sistemática y organizada por movimientos políticos o estructuras sociales antisemitas, indica que, más que el fruto de una propaganda, es la expresión del renacer, el reavivarse, de una mentalidad que estaba ahí, latente. No cabe duda de que la propaganda de los propalestinos contra Israel ha jugado su papel, pero no es suficiente. Esa propaganda simplemente ha encontrado un terreno propicio en una parte de las poblaciones europeas, favoreciendo el aflorar de esa mentalidad.

En contra de lo que muchos imaginan, no es la inquietud por las víctimas, mortales, palestinas lo que mueve a los antisemitas actuales. En Argelia, cada día son ejecutados más musulmanes civiles a mano de otros musulmanes, que musulmanes palestinos mueren en la guerra israelo-palestina en un mes. Los europeos parecen ser insensibles a esos muertos, civiles, mujeres, ancianos y niños, de Argel, y eso que el lugar del crimen está mucho más cerca; pero también es cierto que hay petróleo en el territorio de Argelia.

Esta sensibilidad diferencial de los antisemitas nos dice sin ningún genero de dudas que el antisemitismo es más la expresión de una mentalidad que una posición puramente política. Es un error creer que el antisemitismo nazi es un fruto de la doctrina, fue la doctrina nazi la que se apoyó en el antisemitismo existente para asentarse y propagarse. El nazismo es uno de los frutos del antisemitismo y no la inversa. No se puede luchar contra el antisemitismo combatiendo únicamente las doctrinas de los partidos que defienden ese punto de vista. La cosa es más seria, y el peligro, también.

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