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Carlos Pérez Gimeno

Los sofocos de Marichalar

La residencia del embajador francés fue el lugar elegido para celebración de un cumpleaños muy especial. El 250 aniversario del champán Moët Chandon, una fiesta en toda regla.

Isabel Preysler fue una de las invitadas especiales. Como es habitual, estaba espléndida, y para la ocasión, escogió un vestido negro asimétrico de la casa Dior. Lució unos pendientes de brillantes, con una perla, y sortija haciendo juego que eran una autentica preciosidad. "Son míos, los tengo desde hace muchos años", aclaró.

Nuria González tuvo un pequeño incidente, al derramarle uno de los invitados una copa de copa de champagne en su vestido a la altura del pecho, aunque la señora de Fernández-Tapias no le dio ninguna importancia, se lo limpiaron, y a continuación, pasó al comedor, donde uno de los primeros en sentarse fue Jaime de Marichalar. Me llamó poderosamente la atención, ya que se pasó toda la cena abanicándose. Desconozco cuál sería la razón, pero es posible que cada vez que recuerde los negocios a los que se ha estado dedicando el que fuera su cuñado, Iñaki Urdangarin, le entren sudores que no tenga más remedio, que recurrir al tan socorrido abanico.

Cayetano Rivera llegó acompañado de la marquesa de la Vega de Anzo. Como es habitual, levantó pasiones entre las señoras. El diestro se mostró más comunicativo que de costumbre, y comentó que su novia, Eva González, no había podido acompañarle por estar grabando un programa en Canal Sur. Al preguntarle por cómo se encontraba su tía Belén, dijo que estaba mejor aunque su estado de salud era delicado, motivo por el cual la recuperación era lenta.

La única que escogió el blanco para la noche fue Mónica Cruz. El color de su vestido le hacía juego con sus dientes exageradamente blanqueados. Una pareja de guapos es la formada por Arancha de Sol y su marido, el también matador de toros Finito de Córdoba, que pasarán las navidades tranquilos en familia.

Igual que los duques Alba, que después de esas declaraciones a la revista Hola, haciendo esa demostración de amor de la que no quiso hacer ningún comentario uno de sus miembro, Fernando que tampoco perderse el evento. El marques de San Vicente del Barco se mostró un poco más huidizo con la prensa; la señora duquesa, que tiene un gran carácter, le ha debido de llamar al orden para decirle que no haga mingin tipo de comentario cuando le pregunten por su recién estrenado marido, que por cierto, cada día está mas tenso, cómo se nota que el ducado pesa.

Una cena en la que se dieron cita desde Maribel Yébenes hasta Carmen Lomana, que no paraba de comentar lo encantada que está con el mercadillo de su ropa, en el que se puede encontrar compradas en Bali por tres euros hasta vestidos de mil. Todo un chollo.

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